España va bien, pero...

Barcelona

"España va bien", que diría José María Aznar, si fuera el quien presidiera el Gobierno. Pero no hace falta que ocurra eso como para que la economía española marche como un tren de alta velocidad, sobre todo si se la compara con el conjunto europeo. Ahora tenemos otra buena noticia, los precios, en los que no destacábamos mucho. El ritmo de la inflación ha bajado este mismo mes de septiembre, hasta el 1,5%, el mejor dato en tres años y medio. Disfrutemos del dato, tengamos piedad y no nos acordemos de quienes decían que estábamos en la ruina, que Dios los perdone.

Pero este buen dato de los precios es mejor si se considera que se debe no solo al descenso del precio de los carburantes, algo que es bastante generalizado, sino también a que los precios de los alimentos se han quedado quietos. Además, ocurre cuando las cifras de crecimiento son cada día también mejores, y al paso que vamos no sería extraño rondar el 3% a fin de año. Pues bueno, tengamos en cuenta que cuando la economía tiene más vidilla, va caliente, los precios también suelen subir. Ahora eso no sucede, lo que es otro motivo de satisfacción. Y el empleo sigue por encima de los 21 millones de afiliados. Y se ha recuperado prácticamente el nivel adquisitivo anterior a la pandemia. Y crecen las inversiones, finalmente.

Pero, no todos los españoles van bien. No hay que dormirse en los laureles. Toda esa bonanza no acaba de trasladarse a una parte significativa de la sociedad. Hay algunos sectores que todavía no han recuperado el poder adquisitivo perdido desde la pandemia. Y sobre todo, el problema de la vivienda no solo no se encauza, sino que amenaza con explotar. Pónganse las pilas, gobernantes. Y los demás.