Más de la mitad de las mujeres cree que pedir la baja por reglas dolorosas tiene consecuencias laborales
El 51,2% lo piensa, mientras que la proporción sube hasta el 56,1% entre las mujeres de entre 25 y 29 años
Madrid
Más de la mitad de las mujeres, el 51,2%, considera que pedir la baja o no acudir al trabajo por reglas dolorosas puede tener consecuencias laborales. La proporción de mujeres que piensa que puede tener consecuencias laborales es mayor entre las de 25 a 29 años (56,1%).
De hecho solo piden esta baja un 14% de las que sufren menstruaciones incapacitantes a pesar de que el 25% dice que la necesita porque son reglas muy limitantes. Es uno de los datos más interesantes de la Encuesta Nacional de Anticoncepción presentada este viernes en Madrid.
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“Vemos que el impacto en su vida laboral es muy alto cuando preguntamos si creen que tendrá consecuencias en el trabajo cogerse la baja, más de un 50% de las mujeres dice que sí, que tienen miedo a un despido o a otras repercusiones y, aunque el dolor sea muy limitante, van a trabajar”, señala el presidente de la Sociedad Española de Contracepción José Cruz Quílez Conde.
“El dolor menstrual existe, es un problema muy importante para muchas mujeres, así que hay que confiar en su responsabilidad porque si solicitan la baja por algo será” añade Cruz Quílez. El ginecólogo recuerda que la norma reconoce la baja laboral cuando hay una dismenorrea secundaria, es decir, siempre que hay una patología previa como endometriosis y un diagnóstico médico. La media entró en vigor en 1 de junio de 2023. Hasta el mes de agosto, en poco más de un año, solo 2.080 mujeres se han cogido la baja por esta razón, según datos facilitados por la Seguridad Social a la Cadena SER.
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Según el estudio, un 8,3% y un 31,6% de las mujeres declara respectivamente que la menstruación le impide o le limita realizar una vida normal, lo que conjuntamente supone un 39,9%. Las menores de 20 a 24 años son las que experimentan más dificultades para llevar acabo su actividad diaria. A partir de los 25 años la repercusión del dolor y los sangrados en la actividad diaria desciende gradualmente.
Hay otro dato interesante en la encuesta: el 8 % de las mujeres declara haber sido diagnosticada de endometriosis. El 35,9% de las diagnosticadas han tardado menos de 5 años en serlo desde que empezaron a tener dolor. Un 39,3% han tardado entre 5 y 10 años en ser diagnosticadas, y un 24,8% más de 10 años. La prevalencia de esta enfermedad se sitúa cerca del 11% entre las mujeres de 35 a 39 años y las de 45 a 49. Pero alcanza su mayor valor entre mujeres de nacionalidad extranjera (20,4%).