Albert Serra gana la Concha de Oro por 'Tardes de soledad', la película sobre la crueldad de la tauromaquia
El director catalán, laureado en Francia, logra su primer gran reconocimiento en España tras haber sacudido esta edición del Festival de San Sebastián
San Sebastián
Se vivió como un día de fiesta el primer pase de Tardes de soledad, con expectación y solemnidad. Era la película más esperada del Festival de San Sebastián y ha sido la más discutida y comentada, por su calidad y cinematográfica, por su novedad, por cómo muestra un tema polémico en la sociedad española, la tauromaquia, desde una perspectiva que busca la objetividad mientras retrata la vida del torero Andrés Roca Rey durante cinco corridas de corrida, desde que se viste de luces hasta que se desviste. Su propuesta es hipnótica, espeluznante y llena de belleza a la vez y supone un punto y aparte en cómo se retrata, de una manera antropológica y cinematográfica, el toreo. Serra ubica la cámara en lugares donde hasta ahora ninguna retrasmisión se había centrado y pone al espectador dentro de la plaza en un trabajo impecable con el sonido que nos permite escuchar la respiración y el último suspiro del toro. Pero a la vez consigue meternos en el backstage del séquito de ese famoso torero, algo que es quizá todavía más espeluznante.
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Albert Serra no es un descubrimiento, pues es un autor reconocido en el cine europeo. Ha sido parte del jurado en el Festival de Berlín este mismo año. Sus películas han estado en Cannes: Honor de cavalleria, El cant dels ocells, La muerte de Luis XIV, Liberté, con la que ganó el Premio especial del Jurado en la sección Un certain regard, y con Pacifiction con la que llegó a entrar en la sección oficial. Un cineasta que los franceses consideran suyo y que el cine español reivindica con esta Concha de Oro a una película apabullante y polémica que llega en un momento en el que el debate sobre los toros vuelve a estar sobre la mesa. En un mundo cada vez más preocupado por el medio ambiente y los animales y con la reciente suspensión del Premio Nacional de Tauromaquia desde el ministerio de Cultura. "Se lo dedico al equipo, sobre todo el de imagen y sonido. Finalmente, a los protagonistas, que son interesantes desde mi punto de vista. Fue un privilegio y un honor y hay que agradecerles este acceso tan abierto. A Andrés Roca Rey y a la cuadrilla. Gracias a ellos la película existe y tiene este lado genuino que no se puede encontrar en tantas otras películas, que solo el cine, y el cine de autor, con un carácter osado puede atreverse a ir al fondo de la cuestión, incluida esta", decía Serra, siempre corrosivo.
La Concha de Plata a la mejor dirección explica la necesidad del cine de autor y de los festivales de aupar y encontrar nuevas miradas. Así se explica ese premio ex aequo a la mejor dirección que comparten dos debutantes. Por un lado, el español Pedro Martín Calero que con El llanto propone una relectura del cine de género, pausado, intimista y con una perspectiva de género, que aborda la violencia hacia las mujeres y la incredulidad de las víctimas. "Es un sueño estar en un festival de clase A por una película de género", explicaba el director que defendía que todos somos responsables de la violencia machista. Por otro lado, Laura Carreira, cineasta portuguesa que se consolida como una nueva voz en el cine social europeo gracias a la magnífica On falling, donde disecciona la precariedad y el vacío de los trabajadores actuales. "Tenemos que valorar más a las personas que a los beneficios", decía la directora. Es curioso y gratificante que a ambos cineastas les han apadrinado productores con cierta solvencia. Al español le ha acompañado Caballo Films, la productora de Rodrigo Sorogoyen y firma el guion con Isa Peña. Mientras que a la directora lusa la apadrina nada menos que Ken Loach.
El cine español está muy presente en este palmarés que también ha premiado el trabajo discreto y minucioso de Patricia López Arnaiz, una de las mejores actrices de su generación que consigue la Concha de Plata a la mejor interpretación por su papel en Los destellos, la emocionante y perfecta película de Pilar Palomero. Es una mujer que se enfrenta a cuidar a su ex pareja en un filme que habla del duelo, la muerte y la vida, temas muy repetidos en este festival. "Un recordatorio de la finitud que por oposición nos recuerda que seamos más conscientes del milagro de que estemos aquí. Creo que en este premio hay un reconocimiento de todos los departamentos de la película veces, pero sobre todo, quien más creo que merece estar aquí es Pilar Palomero, una grande y lo que se ve del personaje tiene que ver con lo que hemos hecho juntas", decía la actriz muy emocionada. Por cierto, aquí añadimos la mención especial que ha ganado Antón Álvarez, C Tangana, por su ópera prima, La guitarra flamenca de Yerái Cortés, que competía en la sección Nuevos Directores.
La mejor interpretación de reparto se la lleva Pierre Lottin, actor francés que hace de joven macarra en el filme de François Ozon, Cuando cae el otoño, un noir juguetón, ambientado en la Francia rural, que también ha recibido el premio a mejor guion, para Ozon y el coguionista Philippe Piazzo, en una historia que habla de mujeres de una cierta edad que confían en la amistad entre ellas y en no renunciar a su pasado. "La historia se centra en dos mujeres de más de setenta años, habitualmente invisibles en la sociedad y en el cine", decía el director a través de un discurso. Ese es, de hecho, el tema, de otra de las películas premiadas esta noche, The last showgirl, de Gia Coppola. La nieta del director de El Padrino, homenajea a esas mujeres sexualizadas por su trabajo que, al cumplir años, son borradas por el mundo, ya sea Hollywood o un cabaret de Las Vegas. El jurado ha querido dar el premio no solo al fillme, sino a todas las actrices que interpretan a esas mujeres, uqe se han quedado fuera del sueño americano, bailarinas y obreras en una ciudad y un mundo que las ha dejado atrás. Entre ellas, Pamela Anderson que recogía junto a la directora el premio. "Gracias San Sebastián", decía la actriz que ha regresado a lo grande. Completa el palmarés el premio a mejor fotografía para Bound in Heaven, que firma Piao Songri. Otra ópera prima de la directora china Xin Huo, una historia de amor entre enfermo terminal y una mujer atrapada por la violencia.
El cine, como se observa en las películas premiadas, no es ajeno a la vida, ni a la sociedad y explora temas que le atraviesan, como es la violencia, la discriminación o la precariedad. Esta ha sido una edición que no ha esquivado la guerra en Gaza, con una película palestina proyectada en Zabaltegi y con muchos de los artistas apoyando el alto al fuego en la región y cuestionando las políticas belicistas del gobierno de Israel. Pero además, San Sebastián ha querido apoyar al cine argentino, ahora mismo ahogado por el gobierno neoliberal y derechista de Milei, que ha desmantelado el instituto del cine y que lanza bulos en contra de la cinematografía argentina. Así era el discurso del actor Nahuel Pérez Biscayart, al recoger el premio de Horizontes Latinos por El Jockey. "Se creen muy pillos y muy limitantes de la libertad, pero detrás de ese autoengaño, de ese odio que profesan, no hay libertad, hay solo profunda soledad, podrán intentarlo pero no nos van a destruir, no vamos a borrar ni nuestras memorias, ni nuestro futuro. Sepan que todo el amor que nos produce juntarnos para filmar las películas de nuestro país será más fuerte que todo desprecio", decía el actor que acaba su intervención al grito de Viva Palestina Libre. "El llanto también es una película argentina. Poco más puedo decir que lo que ha dicho Nahuel", añadía Martín Calero.
El jurado, presidido por Jaione Camborda, cineasta que el año pasado levantaba la Concha de Oro en este festival, ha cuadrado un palmarés que ha querido abrirse a los nuevos cineastas, dejando fuera a veteranos con propuestas interesantes como Costa-Gavras, pero sobre todo Mike Leigh. Sin duda, han acertado premiando a la que ha sido la película del certamen, con la que Albert Serra nos da la satisfacción de comprobar que el cine sigue siendo poderoso para reflexionar sobre la imagen y su ética, sobre la representación, sobre nosotros mismos y nuestras contradicciones, al ponernos ante el espejo de lo que somos y lo que hacemos, con mirada más antropológica y semiótica que política o social, si es que todo esto puede separarse de cualquier expresión artística.
Palmarés completo de la edición número 72 del Festival de San Sebastián:
Concha de Oro: Tardes de soledad, de Albert Serra
Premio Especial del Jurado: The last showgirl de Gia Coppola
Concha de Plata a la mejor dirección: ex aequo Pedro Martín Calero por El llanto y Laura Carreira por On falling
Concha de Plata a la mejor interpretación: Patricia López Arnáiz por Los Destellos
Concha de Plata a la mejor interpretación de reparto: Pierre Lottin por Cuando cae el otoño
Premio del Jurado a la mejor fotografía: Piao Songri por Bound in Heaven
Premio del Jurado a mejor guion: François Ozon y Philippe Piazzo por Cuando cae el otoño
Premio Nuevos Directores: mención especial a La guitarra flamenca de Yerái Cortés, de Antón Álvarez y premio Bagger Drama, de Piet Baumgartner
Premio Horizontes latinos: El jockey, Luis Ortega
Premio Zabaltegi-Tabakalera: April, Dea Kulumbegashvili
Premio del Público: Por todo lo alto, Emmanuel Courcol
Premio del Público a película europea: La semilla de la higuera sagrada de Mohammad Rasoulof
Culinary Cinema: Mugaritz. Sin pan ni postre, de Paco Plaza
Premio Feroz-Zinemaldia: Tardes de soledad, Albert Serra