A vivir que son dos díasLas edades de Millás
Sociedad

A oscuras la carne parece pescado

Juanjo Millás reflexiona sobre los sentidos durante una comida completamente a oscuras

"Creemos que vemos pero no" La reflexión de Millás sobre la monarquía y la comida

"Creemos que vemos pero no" La reflexión de Millás sobre la monarquía y la comida

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Madrid

Nueve de cada diez personas, nosotros entre ellos, jurarían estar bebiendo vino tinto cuando en realidad es blanco. La mayoría, Juanjo entre ellos, piensan que están saboreando pescado en lugar de carne. Y las frutas y las verduras, aparentemente con sabores tan distintos, a menudo se confunden. “La vista es el sentido más invasivo y colonizador de todos y a la vez el que más engaña”. No es la primera vez que Millás intenta ponerse en la piel de un ciego pero no es lo mismo ponerse un antifaz que entrar en la oscuridad con los ojos abiertos.

Acudimos al restaurante Dans le Noir en Madrid donde llevan 10 años jugando con los sentidos. Maité y Daniela (propietaria y directora) se miran con complicidad cuando les decimos que nosotros tenemos buen paladar y jamás cometeríamos esos errores de los que nos hablan. Nos presentan a Joana y adelante…

Como todos los camareros del restaurante, Joana tienen una discapacidad visual. Nació ciega, pero fue recuperando la visión en un ojo. Con el 20% puede leer libros y moverse por el mundo de los videntes con la misma eficacia que por el de los ciegos. “los que veis no sois conscientes del resto de los sentidos. Yo no necesito contar pasos, soy consciente de donde estoy por el mapa mental que consigo a través del tacto” . Nos conduce a través de las cortinas hasta el abismo de una estancia negra, oscura, sin contornos, sin referencias espaciales. “Os aconsejo que cerréis los ojos y respiréis”. La recomendación llega en el momento justo en el que dudamos si dar la vuelta y salir corriendo. La sensación de querer y no poder ver nada es intensa y mareante. “Los ojos intentan hacer su trabajo y se fuerzan a ver, por esos os ponéis nerviosos”. Una vez que tocamos silla, mesa y pared parece que la cosa se tranquiliza. Somos capaces de tocar la copa, echarnos agua y llevárnosla a la boca con precisión milimétrica. Es la propiocepción, la capacidad de nuestro cerebro de saber la posición exacta de las partes de nuestro cuerpo en cada momento.

A nuestra salida nos sorprendemos porque ni el sabor, ni el color, ni las texturas se corresponden con lo que hemos creído comer. Una metáfora del mundo en el que vivimos en el que creemos que vemos lo que pasa a nuestro alrededor, pero no. No tenemos ni idea de nada.

Paqui Ramos

Paqui Ramos

Casi siempre en la radio. Siempre en la SER. Trabajando con Javier del Pino y yendo a sitios con Juanjo...

 
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