El encuentro entre el Atlético de Madrid y Real Madrid nos ha dejado una imagen lamentable de las que no deberían tener cabida en el fútbol. «Un bochorno mundial», como ha definido Antonio Romero, narrador del Real Madrid, en Carrusel Deportivo. En el minuto 64 de partido, el conjunto de Carlo Ancelotti se adelantó en el marcador. Acción de pizarra, Vinicius pone un centro al segundo palo donde encuentra a Militao, que se saca una volea que desvía Marcos Llorente y termina superando a Jan Oblak. Cuando los jugadores del Real Madrid celebraban el gol en la esquina, Thibaut Courtois corrió hasta el centro del campo para dirigirse al árbitro del encuentro, Busquets Ferrer, y entregarle un objeto que le habían arrojado desde la grada. La megafonía del Civitas Metropolitano pidió que dejasen de lanzar inmediatamente objetos al terreno de juego. El partido se volvió a reanudar, pero segundos después volvieron a caer mecheros, botellas o bocadillos en los alrededores de la portería que defendía el belga en ese momento. Busquets Ferrer se dirigió al delegado del Atlético de Madrid y decidió suspender momentáneamente el encuentro. En los momentos posteriores a la celebración del gol de Courtois y a la suspensión del encuentro, se vivieron momentos de tensión en los que incluso vimos a jugadores como Giménez, Griezmann o Koke y hasta el técnico del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, acudir a pedir calma a los aficionados de ese fondo, del que incluso llegó a bajar un encapuchado para hablar con los protagonistas. Posteriormente, los capitanes de ambos equipos hablaron con el colegiado para tratar de buscar la solución para reanudar del partido. El protocolo es claro en estas situaciones, según ha explicado el propio Iturralde González en Carrusel: primero se avisa por megafonía para que cesen los lanzamientos. Si no cesan, se suspende el partido de manera momentánea. Si, a la reanudación, siguen los lanzamientos, el partido se aplaza. Mientras tanto, Courtois le explicaba a Simeone en el centro del campo lo que había ocurrido minutos antes. Ambos intercambiaron su visión de lo que había sucedido. Tras unos instantes en el túnel de vestuarios, Busquets Ferrer decidió reanudar el derbi. Cuando el tiempo volvió a correr, el Atlético de Madrid salió con más brío, creando ocasiones y llegando de manera constante al área de Courtois. El Atlético no bajó los brazos hasta que obtuvieron su recompensa en el 95. Balón al espacio para que Correa, tras regatear a Courtois, marcase el tanto de la igualada. Cuando parecía que todo estaba acabado y no iba a ocurrir nada más, Marcos Llorente fue expulsado. Tras una revisión rápida de VAR de Busquets Ferrer, cambió la amarilla por la roja al jugador del Atlético por su dura entrada a Fran García. El partido quedó ahí y ambos equipos se marcharon del Civitas Metropolitano con un punto. La otra de las imágenes que dejó en segundo plano el fútbol ocurrió tras el minuto 90. Al término del partido, los jugadores del Atlético se aproximaron al fondo en el que normalmente está el Frente Atlético para celebrar la victoria, dejando una instantánea que no gustó nada al resto del estadio, que había visto como el partido tenía que detenerse por el lanzamiento de objetos desde ahí a Thibaut Courtois. Silbaron esta actitud de los suyos.