Radiografía de los ultras en España: tres modelos para erradicarlos y mucho trabajo por hacer

El estadio Metropolitano de Madrid vivió anoche en pleno derbi un capítulo bochornoso del movimiento ultra dentro del fútbol. Después del gol inicial del Real Madrid anotado por Militao, los radicales del Atlético de Madrid, situados detrás de la portería de Courtois, se dedicaron a tirar objetos sobre el césped. Este hecho provocó que el árbitro mallorquín Busquets Ferrer suspendiese el partido durante un periodo de 10 minutos. Los jugadores de ambos equipos se fueron al túnel de vestuarios y poco más tarde reaparecieron. Tuvieron que mediar futbolistas como Koke Resurrección, José María Giménez o el Cholo Simeone, quienes pidieron a este sector que dejase de actuar de manera violenta contra el portero del Real Madrid.

En las últimas horas, el club rojiblanco ha confirmado en un comunicado que ha expulsado "de forma permanente a la persona identificada ayer por la policía" tras los lanzamientos de objetos durante el derbi madrileño. "Nuestro departamento de Seguridad sigue trabajando con la policía en la identificación del resto de implicados", señalan. Además, afirman que van a incorporar de "manera inminente" en su normativa interna la prohibición de utilizar cualquier elemento o prenda con el fin de ocultar su identidad para evitar las dificultades a la hora de identificar a los violentos dentro del estadio.

En la actualidad, podemos distinguir entre los dirigentes que han erradicado a este grupo de personas violentos y otros clubes, como es el caso en el Atlético de Madrid, que conviven con ellos cada fin de semana en los partidos que juegan como locales a pesar del largo historial de actos vandálicos que llevan a sus espaldas. No es la primera vez que en un derbi madrileño pasa algo así de desagradable. Recordamos hace un año la vejación y los insultos dedicados a una menor de edad por el simple hecho de vestir una camiseta del Real Madrid en los aledaños del Metropolitano. Gil Marín, máximo responsable del club, debe actuar contra este grupo de radicales al igual que lo han hecho FC Barcelona, Real Madrid o Valencia en el pasado.

Los ultras son una realidad de nuestro fútbol. No pasan desapercibidos los constantes enfrentamientos entre grupos de esta índole que se suceden cada fin de semana. Es por eso por lo que cada jornada aparecen los partidos de alto riesgo, calificados así por la peligrosidad de los conflictos entre los núcleos radicalizados de los clubes enfrentados. Nos movemos por la geografía del fútbol español para agrupar y localizar los grupos de ultras existentes en la actualidad, su relación con los clubes a los que apoyan y el patrón que han seguido algunos de ellos para erradicarlos de forma definitiva de sus estadios.

Clubes ejemplarizantes: Barça, Madrid y Valencia

Se necesitaron dos años de mano dura y de lucha incansable por parte de Joan Laporta para erradicar a los Boixos Nois del Camp Nou. El presidente del FC Barcelona fue elegido en el cargo en el año 2003. Desde la celebración del trofeo Joan Gamper de ese mismo año, su intención fue clara: sacar a los radicales del club. Su primera decisión fue cancelar y cerrar el local donde este grupo guardaba todo el material, las banderas y enseres para animar al club desde la grada. Este paso supuso el inicio de una guerra por parte del grupo contra Laporta. El presidente fue asaltado por miembros de los Boixos a la salida de un partido de la sección de balonmano en el año 2004. Desde ese momento, la seguridad de Laporta ha sido una cuestión prioritaria y ha contado con la presencia de guardaespaldas tanto para él como para su familia.

Ni un paso atrás. El máximo dirigente del club comenzó a abrir expedientes dentro del club a todos los empleados relacionados con los violentos y colaboró con los Mossos en la detención de los cabecillas más peligrosos de los Boixos Nois. El responsable de la seguridad nacional del Barça fue apartado por su vinculación con este núcleo violento y por haber sido cómplice en el asalto al presidente culé. Conocidos y ajenos caían ante el paso firme de un Joan Laporta, que logró su mayor victoria al prohibir la entrada a cualquier persona relacionada con este grupo en un comportamiento ejemplarizante y que se sigue considerando pionero en nuestro fútbol.

Real Madrid

Diez años después de la lucha liderada por Joan Laporta y provocado por un 'mecherazo' a Thibaut Courtois en un derbi madrileño, Florentino Pérez comandó una operación para erradicar a los Ultra Sur del Santiago Bernabéu. Este hecho contra el Atlético de Madrid en el año 2013 fue la gota que colmó el vaso y cerró por siempre una herida que el dirigente blanco tenía abierta desde que llegase a la presidencia en el año 2003 batiendo a Lorenzo Sanz.

En un comunicado, el presidente aseguraba que "en el Madrid no mandan ni los periodistas, ni los jugadores, ni los ultras; los que mandan son los socios". Poco tiempo después, se creaba la Grada Joven con integrantes de varias peñas tradicionales como La Gran Familia, La Clásica o Barajas. Una propuesta que no fue nada sencilla y costó muchos años. Amenazas constantes, actos violentos, una infernal temporada 2013/14, la primera sin radicales, que alcanzó su punto álgido de vileza con las pintadas en la tumba de la mujer de Florentino Pérez. Ha vivido un auténtico calvario que ha terminado con la ilegalización de la entrada de este grupo de radicales al Santiago Bernabéu.

Valencia

En 2019, el Valencia CF decidió expulsar a sus radicales de Mestalla. Como en los dos casos anteriores, fue un suceso bochornoso el que terminó con este grupo. Durante un partido contra el Arsenal, un ultra del Yomus (los violentos ches) hizo el saludo nazi y un gesto emulando a un mono con claras referencias racistas contra uno de los jugadores rivales. Los Yomus fueron erradicados por completo. Así lo comunicó el club ya en manos de Peter Lim. "A pesar de sufrir insultos y amenazas por parte de radicales claramente identificados (en referencia a los Yomus), la Dirección del Club no dará ni un paso atrás en su fuerte compromiso con la seguridad de los 45.000 aficionados y con mantener limpios de violencia e ideologías radicales Mestalla y el nombre del Valencia Club de Fútbol", rezaba el texto.

Los ultras valencianistas siguen siendo una realidad en los aledaños del estadio pero tienen vetada la entrada al interior del recinto. Como solución, al igual que lo hizo el Real Madrid, se creó la Grada Joven. Se limitó el acceso a menores de 30 años a esta parte del estadio como medida de control para impedir la entrada de ultras, pero no funcionó. Se tomó entonces la decisión de volver atrás y localizar a todos los violentos para impedir su presencia en el coliseo valencianista.

El resto del fútbol español

Otros equipos como el Real Club Celta de Vigo, con Mouriño en el cargo, dejaron atrás los celtarras o la Real Sociedad, con Jokin Aperribay, acabaron con la Peña Mujika, los denominados ultras txuri urdin. Ambos crearon también gradas jóvenes para favorecer la presencia de los más pequeños en el estadio y en el caso donostiarra bajo el nombre de Aitor Zabaleta, aficionado asesinado por un ultra del Atlético de Madrid en el año 1994. Otros clubes como Athletic Club o Osasuna conviven de manera parcial con esta realidad. Miembros de Herri Norte y de Indar Gorri entran cada dos semanas en los estadios de sus equipos de manera organizada, dispersa y alejada evitando los grandes tumultos.

No ocurre lo mismo con equipos como el Atlético de Madrid (Frente Atlético), el Sevilla (Los Biris), el Real Betis (Supporters Gol Sur) y el Rayo Vallecano (Los Bukaneros), que tienen una sombra alargada con los ultras. Todos ellos campan a sus anchas sin autoridad que los detenga. Es por ello que vivimos hechos lamentables como los sucedidos en el Metropolitano, que vuelve a poner el foco en la violencia dentro de nuestro fútbol.

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Este es un fragmento de 'El Larguero', con Manu Carreño. Puedes escuchar el programa completo aquí: