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Después de Le Pen, Orban, Meloni y Wilders llega Kickl: el ultra al que le gusta que le llamen como a Hitler

El dirigente del ultraderechista FPÖ que ha ganado las elecciones de Austria ha ido ascendiendo en el partido después de años escribiendo los discursos xenófobos de los líderes que le han precedido al frente de la formación

La ultraderecha gana las elecciones legislativas en Austria, según una encuesta

Hebert Kickl durante un mitin de campaña en Viena. / Europa Press

La lista de dirigentes de la extrema derecha que ganan elecciones en países de la Unión Europea no deja de crecer, y todos ellos muestran un perfil bastante semejante del que tampoco se sale Herbert Kickl, el último en sumarse a dicha lista. Kickl, candidato del ultraderechista Partido de la Libertad de Austria, es el vencedor de las elecciones en ese país, si bien tiene complicado poder gobernar porque no tiene mayoría absoluta.

¿Y quién es Kickl? Sobre todo es un dirigente que ha sabido estar en un segundo plano desde donde ha ido aprovechando las oportunidades para ascender hasta dirigir su partido. Durante años ha sido el autor de los discursos de otros presidentes del FPÖ, llegó a ser ministro de un gobierno de coalición con el principal partido conservador del país, y entre crisis y crisis interna ha ido postulándose como un candidato viable para el futuro, lo que ha confirmado en estas últimas elecciones.

Desde los años 90 es considerado el principal ideólogo del partido, por lo que suya es la política xenófoba que caracteriza al FPÖ, que basa sus propuestas en el rechazo a la inmigración. De hecho, ha reconocido ser admirador del húngaro Viktor Orbán, y ha confirmado que quiere imitar sus políticas contra los inmigrantes. Entre sus propuestas figuran el endurecimiento de los controles fronterizos y de las políticas de asilo e incrementar las condiciones para la reunificación familiar.

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Kickl es el claro exponente del ultranacionalismo de un partido fundado por antiguos miembros del régimen nazi, y ha definido a Austria como una "fortaleza" que quiere defender del exterior. Le gusta ser calificado como el "canciller del pueblo", término con el que los nacionalsocialistas se referían a Hitler, y también ha calificado a otros partidos de "traidores" al país, parafraseando también así al genocida nacido precisamente en Austria.

Tan extremos son sus mensajes, ha llegado a referirse a los inmigrantes que buscan trabajo en Austria como "frutos podridos", que hasta el principal partido conservador hasta hoy en Austria, el ÖVP, ha puesto antes de las elecciones como condición para pactar con el FPÖ que Kickl no sea canciller. El líder del ÖVP, Karl Nehammer, ha llegado a calificar a Kickl de "peligro para la seguridad de país".

Prorruso y negacionista del cambio climático

Kickl ha calificado de "locura" sancionar a Rusia por la invasión de Ucrania, mostrando al igual que el húngaro Orbán una postura mucho más cercana al Kremlin que a Kiev. De hecho, durante su período como ministro del Interior intentó reforzar los lazos con Rusia en materia antiterrorista. El pasado año, Kickl fue uno de los miembros del FPÖ que se marchó del parlamento austriaco durante la intervención del presidente ucraniano Volodímir Zelenski.

En los últimos años, también se ha hablado de Kickl en el país por su negacionismo del cambio climático y, sobre todo, por su actitud también negacionista frente a la pandemia. Fue una de las voces más críticas contra las medidas de confinamiento que definió en aquel momento como "dictadura sanitaria" y se negó a llevar mascarilla en el parlamento cuando era obligatoria. Como colofón, llegó a recomendar consumir un producto para desparasitar caballos como remedio frente al coronavirus.

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Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...