La Ventana
Sociedad

El soldado español que ha conseguido la baja por estrés postraumático tras matar a un hombre en Irak: "Mi país me ha abandonado"

Un francotirador ha conseguido que le reconozcan la incapacidad después de tener que ver el cadáver del hombre al que había matado durante un día

El soldado español que ha conseguido la baja por estés postraumático tras matar a un hombre en Irak: "Mi país me ha abandonado"

Madrid

2024 está siendo un año trágico en lo que a conflictos bélicos se refiere. Los ataques de Hamás en Israel el pasado 7 de octubre provocaron una ofensiva bélica del Ejército de Netanyahu en la Franja de Gaza que continúa hasta nuestros días y que en el último mes se ha extendido al Líbano. La guerra entre el estado de Oriente Próximo y Hezbolá se está cobrando cientos de vidas y la situación solo hace que empeorar, ya que se teme por una incursión terrestre del ejército israelí en Beirut.

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13 años después de que terminara la destructiva guerra de Irak, Oriente Medio vuelve a vivir un conflicto bélico a gran escala con la guerra de Siria todavía en activo desde el año 2011. Además del coste en vidas e infaestructuras, las contiendas armadas también tienen un impacto psicológico potente en los soldados que viven en el terreno la violencia que en muchas ocasiones les acompaña durante toda la vida.

Este lunes ha pasado por 'La Ventana' un francotirador español de los Boinas Verdes que ha conseguido, 20 años después de la Batalla de Nayaf, la inutilidad permanente por insuficiencia de condiciones psicofísicas en acto de servicio. Juan, nombre ficticio que ha proporcionado este soldado del Ejército de Tierra, vivió durante esta contienda terrible un episodio que no ha sido capaz de superar y le ha acompañado durante toda su vida y carrera.

El periodista Jon Sistiaga conoció hace unos meses de primera mano la historia de este soldado, que ha acudido al programa tras conseguir la primera baja laboral por estrés postraumático del Ejército, un problema que en otros cuerpos militares como los de Reino Unido o Estados Unidos está mucho más normalizada. Juan lleva viviendo traumatizado por una muerte desde abril del 2004, cuando tuvo que disparar a un hombre por órdenes superiores.

"El mismo día que nosotros llegamos allí eliminamos al objetivo, pero el general, aunque habíamos terminado nuestro trabajo, decidió que nos quedáramos en el puesto dando seguridad a la base", ha comentado el francotirador, que ha contado que pasó 12 días en lo alto de la azotea de un edificio que dominaba varios de los accesos a la base de Nayaf donde estaban las tropas españolas, entre otros cuerpos de varios países.

En un momento dado, Juan se vio obligado a eliminar un objetivo siguiendo las órdenes de sus superiores, un policía iraquí que iba en una moto y al que primero advirtió con unos tiros cerca de su perímetro para ordenar que se detuviera. "La orden era que si intentaba huir abriera fuego. Cuando bajó las manos y volvió a acelerar se abatió. Ahí quedó el cuerpo inerte con la moto entre las piernas durante toda la noche hasta el dia siguiente", ha contado el soldado, que ha indicado que tuvo que pasar viendo el cuerpo todo el día.

"Durante la noche se quedó el rotativo de la moto encendido y llamaba la atención. Quieras que no estabas ahí y mirabas, no lo podías evitar", ha explicado, contando que cuando un francotirador elimina a un objetivo le hasta el ultimo gesto y movimiento, por lo que fue difícil quitarse de la cabeza el tenso momento del disparo. "La diferencia con un soldado es que un francotirador a través de sus ópticas ve perfectamente a la persona que va a matar, y eso se queda siempre en su retina", ha explicado Sistiaga.

El tortuoso camino hacia la baja

Este hecho traumático lleva dando vueltas por la cabeza de Juan desde el año 2004, sin embargo, el ministerio de Defensa no ha asistido nunca al soldado. Juan siente que España le ha abandonado, ya que nunca le han facilitado asistencia psicológica para tratar el problema ni le han dejado hablar de ello. "Cuando llegué lo primero que me dijo mi General Jefe es que nos callásemos que aún podiamos salir perjudicados por todo esto", cuenta decepcionado.

"Tú vas, te juegas la vida, lo haces por España, por tus compañeros, porque es tu profesión... y cuando lo haces te dicen que te calles, que no se hable de nada de esto. Luego cuando solicitas ayuda porque la situación es muy complicada te das cuenta de que no te ayudan en nada, te ponen todas las pegas que puedan poner para no reconocer tu problema", ha explicado el francotirador.

De hecho, el pasado 19 de marzo el ministerio de Defensa ordenó a Juan su pase a retiro del cabo primero decretando la inutilidad permanente por insuficiencia de condiciones psicofísicas ajenas al servicio. El soldado recurrió y la Audiencia Nacional acaba de reconocer que este trastorno que ha forzado su retiro viene derivado de este hecho traumático, por lo que fue en acto de servicio. Esta sentencia, que aún es recurrible, permite a Juan contar con una pensión extraordinaria.

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"Es una satisfacción que te reconozcan la realidad después de tantos años y tantos malos tragos. Si todo esto le puede ayudar a otros compañeros que vengan detrás en la misma situación, bienvenido sea", ha indicado el soldado, que confiesa que nunca ha contado su problema porque sus superiores le pidieron que no hablaran de lo que había pasado en Irak. "Si hubiese dicho cualquier cosa en ese momento me hubieran tirado a la calle porque no era militar de carrera. Por vergüenza no sabía si esto era normal o no. Nadie te ha tratado ni hablas con ningun profesional, no sabes que hacer", ha contado.

Juan indica que su familia no sabía nada y nunca se ha podido desahogar porque "no puedes contárselo a nadie". El francotirador sabe que no todo el mundo se toma un suceso como este de la misma manera e incluso confiesa que muchos compañeros le dijeron que era un privilegiado por haber realizado su trabajo. "Lo hice porque era lo que tenía que hacer y eran las órdenes, pero nadie sabe lo que tu cabeza a la larga puede pasar", ha contado el soldado, que indica que en durante años pensó que todas las pesadillas y ataques que sufría eran normales porque no podía hablar con nadie, además de apuntar que nadie dentro del ministerio de Defensa le llamó en ningún momento.

"Lo que quiero con esto es que por lo menos si puedo ayudar a otros que vengan detrás es un paso muy grande que hayan reconocido el estrés postraumático como un problema laboral en el Ejército", ha sentenciado Juan en 'La Ventana'.

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