Prácticamente todas las cámaras siguieron de cerca cada paso de Vinicius Júnior en el Metropolitano. Tanto por motivos deportivos como extradeportivos, el brasileño era el gran protagonista de un derbi madrileño que alcanzaba el pico máximo de tensión tras las campañas de odio difundidas en redes sociales contra él y por sus pasadas visitas al estadio rojiblanco empañadas por los insultos racistas. El delantero madridista siempre ha respondido a estos ataques con goles, asistencias y con un carácter temperamental que, en más de una ocasión, ha sido criticado por parte de aficiones rivales. Una actitud que desde el propio Real Madrid han intentado corregir en más de una ocasión ya que sus gestos y protestas, como las vividas contra el pasado fin de semana contra el Alavés, pueden ser mala noticia para los suyos por sanciones deportivas. En el Metropolitano, Vinicius tuvo un par de encontronazos contra Rodrigo de Paul y Koke, con los que se le vió discutir, e incluso, después de la suspensión momentánea del partido, realizar gestos tras varias acciones de ataque del Real Madrid. Ante esta situación, José María Giménez, que fue uno de los capitanes del Atlético de Madrid que se acercó a la grada de los ultras para pedir calma, aplaudió la reacción de Vinicius en esos momentos. «No considero que lo haga con maldad. No es un chico malo, no es un chico que quiera hacer maldas. Se siente cómo así, es así. Pero obviamente, en el momento cuando empezó a hacer esos gestos, le pedimos por favor que parara para que no se siguiera calentado el tema de fuera. Respondió bien. Se le nota que es un chico humilde, que escucha y que al final tiene esas cosas que a él le hace sentirse cómodo en los partido y les hace jugar mejor», dijo el central uruguayo tras el partido. No es el único gesto de respeto que Vinicius mostró al Atlético de Madrid. Tras el pitido final de un intenso partido, el brasileño abandonó el césped abrazado a Antoine Griezmann y evitando pisar el escudo del rival. El derbi madrileño saltó por los aires cuando, tras el 0-1 de Militao, mecheros y objetos llovieron desde el fondo del Atlético a la portería que defendía el portero madridista Thibaut Courtois, exrojiblanco. Una situación que obligó al colegiado Busquets Ferrer a parar el choque y mandar a todos los jugadores al vestuario durante 15 minutos. En ese momento, dos de las voces autorizadas del Atleti se acercaron a la grada del Frente Atlético para hablar con los ultras —uno de ellos ya está identificado— que habían provocado todo el incidente. «No me jodas, tío. ¡Ha sido él, ha sido él! ¡Es él, es él, es culpa de él! ¡En nuestra casa, no!», dijeron a los jugadores del Atleti.