Claudia Sheinbaum ha tomado este lunes posesión de su cargo como presidenta de México, la primera mujer en la historia del país en llegar a esta responsabilidad. Durante su primer discurso ante Cámara de Diputados y ante los dirigentes internacionales invitados al acto de investidura, Sheinbaum ha defendido que «es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres» y ha defendido la labor de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, adelantando que seguirán en ese mismo camino: «Vamos a continuar con el humanismo mexicano». «Protesto guardar y hacer guardar la Constitución de México y las leyes que de ella emanan», ha prometido desde el Palacio Legislativo de San Lázaro, después de que los portavoces de los grupos parlamentarios se dirigieran a la cámara durante la primera parte de una sesión que comenzó bajo gritos de «presidenta». Sheinbaum ha recibido la banda presidencial de manos de la presidenta de la Cámara de Diputados, una convaleciente Ifigenia Martínez, después de que le cediera tal honor un Andrés Manuel López Obrador a quien la nueva mandataria se ha referido como «el dirigente político y luchador social más importante de la historia». Sheinbaum ha comenzado su discurso agradeciendo con nombres y apellidos la presencia de varios líderes extranjeros, en especial los de la región. Asimismo, se ha referido a otros invitados que han acudido a título personal como el laborista británico Jeremy Corbyn o diputados españoles, como Gerardo Pisarello de Sumar. En la toma de posesión, no han asistido representantes del Gobierno de España tras la decisión del nuevo Ejecutivo mexicano de no invitar al rey Felipe VI. Sheinbaum ha destacado que durante la anterior administración, se logró sacar a 9,5 millones de mexicanos de la pobreza, se redujo las desigualdades, al mismo tiempo que mejoraron las inversiones extranjeras y los salarios «La respuesta es que cambió el modelo de desarrollo del país, del modelo neoliberal y el régimen de corrupción y privilegios a uno que surgió de la fecunda historia de México, del amor al pueblo y de la honestidad, lo llamamos el humanismo mexicano», ha dicho Sheinbaum entre aplausos y vítores de la cámara. Entre las varias promesas lanzadas destaca la garantía de salvaguardar todas las libertades, ya sea la de expresión, de prensa, de reunión, o de movilización. «Es un principio democrático y somos demócratas. Se respetarán los Derechos Humanos y nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo», se ha comprometido. Además, ha prometido que las inversiones privadas de empresarios nacionales y extranjeros estarán «seguras», así como una política fiscal «responsable», En el plano internacional, ha remarcado, que tal y como marca la Constitución, México seguirá con su política de no intervención, solución pacífica de los conflictos y el derecho de los pueblos a la autodeterminación.