Había 10 españoles a bordo del Titanic: tres de ellos pagaron esta cifra astronómica para viajar en él
Algunos viajaron en primera y otros en segunda, pero no todos tuvieron la suerte de sobrevivir
Había 10 españoles a bordo del Titanic: tres de ellos pagaron esta cifra astronómica para viajar en él
El aspecto trágico y de superación de la historia del Titanic sigue cautivando a millones de personas más de 100 años después de la catástrofe marítima. Unas 1.500 personas fallecieron a bordo del transatlántico británico RMS Titanic que zarpó desde el puerto de Southampton en dirección a Nueva York, pero nunca llegó a su destino. El buque colisionó contra un iceberg en la noche del 14 al 15 de abril de 1912 frente a las costas de Terranova, en Canadá, provocando el hundimiento del navío en menos de tres horas.
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De los 2.200 pasajeros que iniciaron la travesía del Titanic, tan solo 700 lograron sobrevivir al naufragio. En el último episodio de SER Historia, Nacho Ares trata de descubrir aquello que sigue causando fascinación entre el gran público más de 100 años después. "Nos preguntamos qué hubiéramos hecho nosotros. La fascinación nace de eso y de la curiosidad por conocer las historias de esas personas que subieron al barco y cuyas historias llegaron a medio mundo", cuenta Francisco García Echegoyen, comisario de la exposición 'La Leyenda del Titanic' en el Matadero de Madrid.
En la lista de pasajeros que embarcaron en Southampton el 10 de abril de 1912, se encontraban diez españoles. Algunos de ellos tuvieron la fortuna de salvarse, otros perecieron, pero dentro de ese elenco había personas que iban en primera clase que habían pagado una cantidad astronómica al cambio.
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Por ejemplo, Víctor Peñasco con su esposa Josefina, que se embarcaron en Cherburgo y viajaban junto a Fermina, su sirvienta, pudieron invertir entre 130.000 y 150.000 euros por los tres pasajes. Una de las personas supervivientes españolas de las que se tiene constancia es Encarnación Reinaldo, una mujer que viajaba en segunda clase y que acabó viviendo en Estados Unidos, aunque no se tiene mucha información sobre su vida tras el naufragio.
Pero la tragedia del Titanic también puede tener una lectura positiva. Y es que el hundimiento sirvió para cambiar las leyes de navegación que obligaba a que el número de botes salvavidas que tenían que llevar los trasatlánticos fuesen acordes con el número de pasajeros, y se creó una patrulla de hielos para localizar los icebergs. "La mayoría no mueren ahogados, mueren de hipotermia por pérdida de calor corporal. Y eso en el caso del Titanic, fue especialmente notorio porque muchas personas, cayeron al mar. No tenían sitio en los botes salvavidas y cayeron directamente de las cubiertas del Titanic al mar", explicaba García Echegoyen.
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