La ONU admite que Oriente Próximo va camino "de la catástrofe"

La incursión de Israel en Líbano hace sonar todas las alarmas en la comunidad internacional por la posible expansión del conflicto de Gaza a una guerra regional a gran escala en Oriente Próximo. A pesar de las peticiones de varios países a Israel para que se contenga, la última de España, el gobierno hebreo ha ordenado evacuar varias poblaciones del sur de Líbano en la mañana de este martes y ha confirmado que está en contacto con la Casa Blanca y que ambos coinciden en la necesidad de deshacer las infraestructuras de Hezbolá.

Aún así, la ONU sigue lanzando avisos sobre el riesgo a gran escala del momento actual. La portavoz de la oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Liz Throssell, ha denunciado que ahora mismo la situación tiene el "potencial de sumir a la región entera en una catástrofe humanitaria y de derechos humanos, de conllevar terribles efectos en los civiles". Throssell reconoce que otros Estados de la región se pueden ver involucrados en operaciones militares y la Media Luna Roja habla ya por primera vez de una crisis humanitaria en Líbano, donde hay centenares de miles de desplazados internos en apenas una semana de bombardeos israelíes.

Las partes en conflicto deben distinguir claramente entre objetivos militares y civiles

—  Liz Throssell, portavoz de la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas

En un mensaje en X, la cuenta oficial de la ONU en Ginebra, desde donde ha hablado Throssell, pide ayuda a la comunidad internacional, "no sólo financiera, sino también de parte de los gobiernos para pedir a todas las partes un cese de las hostilidades". De momento, se escuchan respuestas tibias desde la comunidad internacional. Estados Unidos o Alemania, aliados tradicionales de Israel, mantienen su respaldo a Tel Aviv, mientras que sí hay un cierto cambio en el tono del Reino Unido con el nuevo gobierno laborista. El nuevo ministro de Exteriores, David Lammy, ha exigido un alto el fuego este martes y además ha recordado que "nadie quiere una escalada regional ni volver a los años en que Israel se quedó atascado en un atolladero en Líbano".

Israel continúa con sus operaciones, pero también Hezbolá está respondiendo desde primera hora con el lanzamiento de proyectiles a puntos cada vez más alejados de la frontera. Al menos cuatro de estos cohetes han intentado alcanzar la sede del Mossad en Tel Aviv, aunque Israel no ha confirmado que hayan conseguido su objetivo. La defensa antiaérea israelí ha interceptado la mayoría de misiles lanzados desde Líbano, aunque al menos uno ha impactado en una carretera.

Denuncia de UNIFIL

La fuerza de paz de la ONU en Líbano, de la que forman parte unos 10.000 soldados de los que más de 600 son españoles, ha recordado en otro comunicado de este martes que la incursión israelí en el sur de Líbano supone una violación de la resolución de Naciones Unidas que se aprobó después de la guerra de 2006.

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Ese documento establece que entre el sur del río Litani y la frontera con Israel sólo puede haber soldados de Líbano y los propios de UNIFIL. La presencia de Hezbolá en esa zona ha roto durante años este pacto, y ahora también lo viola Israel. No ha sido además hasta esta misma semana cuando el gobierno libanés ha dicho que está preparado para desplegar soldados en ese territorio para cumplir con el mandato de Naciones Unidas.

En su comunicado, la misión de la ONU confirma que los soldados que forman parte de ella permanecen en sus puestos y vigilando cómo se van sucediendo los acontecimientos en el sur de Líbano. En paralelo, antes de reunir al gobierno del país, el primer ministro libanés Najib Mikati ha definido el momento actual como "una de las fases más peligrosas de toda la historia de Líbano".