Nacho Carretero sobre el documental 'Orgullo vieja': "Hay un tipo de sabiduría que solo te puede dar la edad"

Madrid

Podríamos decir que Orgullo Vieja es un documental "sobrino" de Hoy por Hoy, en la medida en que sale de la cabeza y el corazón de nuestro colaborador Chema Rodríguez y sus protagonistas, las viejas, han sido invitadas de Miss Experiencia, la sección que lleva dos temporadas trayendo a mujeres mayores cada martes a contarnos su vida. Tantas, que entre todas suman más de 4.000 años de experiencia. Y son vidas que merece la pena escuchar. Como dice la periodista Aitana Castaño, "hay muy pocas señoras mayores cuya vida no contenga un libro".

Ahora Orgullo Vieja ha pasado por los festivales de Málaga, de San Sebastián, el próximo viernes se estrena en cines y empieza su carrera hacia los Goya. Nacho Carretero, después de verlo, ha querido poner en valor la valentía de Chema: "Porque me pongo en su piel y existe una premisa que es una especie de leitmotiv, como que la gente mayor no interesa en el mundo de la cultura o en el mundo el audiovisual, como si los mayores nos hicieran perder interés. No suelen entrar personajes protagonistas de edad. Desde esa premisa la película te atrapa desde el minuto uno, y en el dos te atrapa la reivindicación feminista de mujeres que han padecido en sus carnes lo que reivindican. Porque una cosa es la reivindicación feminista de un adolescente, que es igual de válida, pero reivindica que no quiere pasar por lo que han pasado sus abuelas. En cambio, estas mujeres reivindican, a su edad, lo que no quieren que ocurra en el futuro. Y tercero: hay una sabiduría que solo te puede dar la edad y es interesantísima. Porque tú puedes tener 30, 40, 50 años y ser un erudito y alguien con una experiencia brutal, pero solo puedes tener un cierto tipo de sabiduría cuando tienes una edad".

Kiska y Catalina, las dos viejas que han venido al Hoy por Hoy con Chema a hablar de la película que protagonizan, cuentan que siempre se emocionan cuando la ven. Kiska explica que ella no guarda ningún recuerdo alegre de su madre en la playa, o en una fiesta, sino siempre de negro, siempre trabajando, criando hijos y nietos. Estas viejas trabajan porque ese no sea el recuerdo que dejen las viejas de hoy.

Chema ha explicado que el proyecto nace durante el confinamiento por el deseo de hacer algo con mujeres mayores: "Empezamos a juntarnos con personas mayores, hombres y mujeres. Durante varias semanas venían 25 o 30 personas y en la primera reunión fue donde nos dimos cuenta de que lo primero, la primera decisión, era quitarnos de en medio a los hombres. Los hombres no interesaban y no me interesaban porque cuando cumplimos 50, 60, 70 años, nos convertimos en unos ególatras, en unos pesados, y ellas, sin embargo, crecen, se multiplican. Pepa lo dice en su monólogo. Dice 'Que Dios me perdone, pero cuando se murió mi marido yo eché a volar'. Y esa es la realidad. Estas mujeres que han sufrido tanto, que han vivido tanto, han estado cuidando maridos, hijos, nietos. Cuando llegan a los 70 y 80 años, dicen 'ahora me toca a mí ser feliz'. Y eso se le notaba en la energía. Y ahí decidimos que íbamos a hacer una película sobre mujeres mayores y luego lo demás fueron reuniones y más reuniones. Íbamos grabando las reuniones y hablando, hablando, surgió lo de los monólogos".

Falín, el profe de teatro, es clave en la película. Para Catalina "es como el hijo que no tuve. Yo se lo digo de verdad. Le digo 'eres tan emocional, tan sentimental, tan cercano a nosotras...'" Y también es alguien que sabe echar una bronca cuando es necesario, porque los monólogos son divertidos y emocionantes, pero gracias a la imposición de una cierta disciplina y de mucha paciencia.

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Además del documental, las protagonistas han redactado un decálogo de nueve puntos, porque el décimo lo tiene que escribir cada uno de nosotros. El punto dos, por ejemplo, dice "no somos todas iguales", porque hay un estereotipo de vieja que Catalina describe con mucha gracia: "Que tenemos que ir con la misma ropita, con el pañuelito de la vieja de la fabada, con la faldita... De verdad, diseñadores, por favor, diseñen un poquito de ropa bonita para vieja. ¿Y el calzado? ¡Horroroso! ¡Y las bragas de cuello alto! ¿Y esa manía de que nos llamen abuelas? Yo seré abuela de mi nieto, ¡pero de ti que voy a ser yo abuela!"

A pesar de la reivindicación de la palabra "vieja", no es tan fácil ver la vejez como algo positivo. Hay una frase de Kiska que Nacho se quiere tatuar: "¿Por qué tendremos que llegar a viejos? Podríamos quedarnos en treinta y tantos y después ya decidir una cuándo se quiere morir".

La sexualidad, la amistad, la diversión, la alegría de tener toda la vida por delante, y muchas risas por detrás. Orgullo Vieja, en cines este viernes.