"Es muy difícil mirar por la ventana y no ver una columna de humo": la realidad de Beirut tras los nuevos bombardeos

Enviada especial a Beirut

Por segunda vez desde que comenzó esta ofensiva, Israel ha golpeado el centro de Beirut. Decenas de personas se agolpan a las puertas del hospital de Achrafieh, a la espera de noticias de la evolución de sus heridos. "Escuchábamos su voz muy cerca pero no podíamos entrar en el edificio", relata desde allí un joven que no pudo rescatar a su amigo bajo los escombros.

El bombardeo de este miércoles se produjo sin advertencia previa, por lo que no se pudo evacuar la zona. Israel asegura que dirigió el ataque a un edificio donde estaban algunos dirigentes de la milicia de Hezbolá. Según datos del Ministerio de Sanidad, ayer murieron en todo el Líbano 46 personas y 85 resultaron heridas pero este balance no incluye la macabra factura del bombardeo de Bashoura, que deja 6 muertos más y casi una decena de heridos. La cifra va a ser todavía mayor en los suburbios de la capital, donde las explosiones fueron tan fuertes que dejaron sin luz a ciertos sectores del centro de Beirut.

Combates "a sangre y fuego"

En la frontera del sur del Líbano es donde la guerra se recrudece, donde está teniendo lugar "el cuerpo a cuerpo". Israel mandado un mensaje a los libaneses que vivan hasta 20 kilómetros de la frontera: quienes ya se han ido, que no vuelvan y quienes no lo han hecho, que salgan de inmediato de sus casas. En esto coinciden las dos partes en contienda, los combates están siendo "a sangre y fuego".

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Israel admitía este miércoles 8 muertes en combate. Hezbolá, por su parte, no ha facilitado la cifra de milicianos fallecidos, pero asegura haber frenado varias incursiones de Israel y el lanzamiento de hasta 100 cohetes más allá de la frontera. Alrededor de 1,2 millones libaneses ya se han desplazado huyendo de la guerra.

Diferencias dentro de Beirut

La vida en Beirut sigue de diferente manera en función del barrio en el que se ponga el foco pero es muy difícil mirar por la ventana a lo largo del día y no ver una columna de humo entre la maraña de edificios. En la zona de los suburbios, la situación es de colapso absoluto. No hay ninguna tienda abierta y el tráfico es caótico a veces y, de repente, desaparecen los coches.

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En barrios como Hamra (suní) se nota que el paisaje ha cambiado. Se han refugiado buena parte los ciudadanos chiítas que huyen de otras zonas de Beirut. Después de todo son musulmanes. También hay barrios como Achrafieh, cristiano, donde la situación no es de completa tranquilidad porque los bombardeos hacen temblar las ventanas, es una zona segura si se compara con otras zonas de la capital.

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La sensación de seguridad a veces es una cosa subjetiva y, comparado con la situación que se vive en el sur del país, Beirut es una zona relativamente segura porque los bombardeos de Israel son dirigidos. Muchos encuentran en la orilla del mar y los soportales de las grandes plazas pequeños espacios de tranquilidad. Como un señor de unos 60 años que cogió a los 5 niños más pequeños de su aldea y se los llevó a Beirut en el coche, y ahora duermen en la playa. Es una de las muchas historias que se viven estos días en Beirut.

Escasez de medicinas

Líbano ya sufría una enorme de escasez de medicinas, incluso antes del estallido de este conflicto, y ahora se vuelve a agitar el fantasma de que se convierta en un grave problema. "El aeropuerto es la vía entrada principal de los fármacos y ya estamos notando que hay menos vuelos, pero si queda inoperativo el aeropuerto será un auténtico desastre", apunta un médico. Los sanitarios piden que se establezca una ruta segura por mar para garantizar el suministro.