Irán: el precio de la guerra
La tensión en Oriente Próximo va en aumento y el bombardeo de instalaciones petrolíferas iranís parece estar cada vez más cerca. El encarecimiento del crudo y el terremoto comercial que podría provocar un conflicto extendido en la zona pone en juego la estabilidad económica global
Irán: el precio de la guerra
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Madrid
"Lo estamos debatiendo". Solo tres palabras de Joe Biden han sido suficiente para disparar el precio del crudo más de un 5% en solo unas horas. La creciente posibilidad de que Israel ataque yacimientos petrolíferos iranís ya está calentando la cotización del petróleo y podría dispararla en las próximas semanas. Las consecuencias económicas se sentirían a escala global.
"Hay que tener cautela", ha señalado en Hora 25 de los Negocios Federico Steinberg, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. "Para que el elevado precio del petróleo se filtre en la inflación tiene que mantenerse elevado durante bastante tiempo. Dependerá de los acontecimientos", puntualizaba.
Irán es el octavo productor de crudo del planeta -un 5,1% del total-, el cuarto con mayores reservas y en los últimos años ha vuelto a ser un jugador muy importante en el tablero global. Por eso, que Estados Unidos abra la puerta a nuevas sanciones a las importaciones, está preocupando al mercado: menos petróleo en circulación, más caro.
El precio del petróleo venía de marcar en septiembre su nivel más bajo de los dos últimos años y medio, despues de que la OPEP alinease su producción con enfriamiento de la economía global. Sin embargo, desde que se conoció el ataque de Hezbolá sobre Israel el martes, el crudo se ha encarecido más de un 8%. "Si hay una respuesta más contenida de Israel y se da por zanjado el episodeo, los precios retornarían a cierta normalidad", explica Steinberg.
El aumento de tensión en la región tendría réplicas a escala global. No solo porque el aumento del precio del crudo termine impregnando todo lo demás, sino por el impacto que tendría en el comercio global: el coste de los fletes y del transpòrte ya se ha encarecido un 20%.