Emilio Aragón relata su primer y último gran enfado en televisión: "Fue la única vez que grité y me acabé arrepintiendo"

Madrid

Emilio Aragón ha visitado este fin de semana los estudios de la Cadena SER para hablar acerca de Telmo Lobo: El misterio del capitán. Un libro, su primer cuento infantil, mediante el que el artista homenajea a sus cuatro nietos después de que estos le pidieran insistentemente que les escribiera una historia con las que poder marcharse cada noche a dormir: "Mis nietos son la inspiración y hay cosas de cada uno de ellos. Antes de dormirse siempre les leo cuentos y me pidieron que lo escribiera". Y es que, después de ser un auténtico todoterreno en todos los sentidos, Aragón ha acabado definiéndose frente a Javier del Pino como "un contador de historias, músico y con alma de payaso".

A día de hoy, Emilio Aragón es guionista, actor, director, productor y músico. Pero, sobre todas estas cosas, abuelo de cuatro nietos que le han animado a sumergirse en esta nueva aventura. De ahí que a toda esta lista de virtudes haya que sumarle una nueva como es la de escritor de cuentos infantiles. Como viene siendo habitual en el A Vivir, a lo largo de esta entrevista también ha habido tiempo para hablar sobre muchos otros temas más.

La influencia de su madre

Entre otras cosas, el invitado ha hablado acerca de su etapa en televisión y sobre cómo ha ido cambiando la industria en todo este tiempo: "Nosotros fuimos afortunados porque éramos jóvenes con ideas y nos dejaron realizarlas. He tenido la suerte de estar en todo este proceso de transformación y ver el nacimiento de todas estas posibilidades". También sobre la llegada de las nuevas plataformas y sobre otros temas más triviales como su primer y único gran enfado en la industria. Todo ello a raíz de una pregunta de Javier del Pino, quien reconocía frente a los micrófonos de la Cadena SER que nunca nadie le había visto enfadado: "¿Hay algo que te enfade?".

Después de reconocer que no es alguien que se enfade con facilidad, Emilio Aragón ha explicado que su madre tiene gran parte de la culpa: "Yo creo que la culpa la tiene mi madre, creo que es algo genético. Mi madre se está comiendo un bocadillo mohoso debajo de un puente en un día lluvioso y te dice que está rico. Tiene una mirada... Es un poco como la película Días Perfectos. Al final todo depende de tu mirada, tu actitud y tal. Puedes decir estoy aquí y me lo estoy pasando fenomenal o que qué aburrido está siendo todo. Puedo decir que por qué la mesa es blanca o qué bonita es la mesa blanca. Al final, la mirada es vital".

Su primer y último gran enfado

Con el paso del tiempo, Emilio Aragón ha asegurado haber aprendido mucho de su madre y que esto le impide enfadarse con facilidad. De hecho, reconoce que tan solo se ha enfadado una ocasión durante su etapa televisiva: "Al final, todos los que nos dedicamos a la televisión nos podemos poner nerviosos con las horas o porque alguien nos dice que podemos hacer las cosas de otra forma. Se acaban generando tensiones como supongo que también se generan en cualquier otro trabajo".

Y el protagonista de esta historia recuerda con pelos y señales dónde fue su primer y único gran enfado televisivo: "La única ve que yo grité fue un día en El juego de la Oca. Ese es el único día que yo recuerdo haberme enfadado pero nada, por una tontería. Y me arrepentí muchos meses después de aquello porque al final, no hay nada como el diálogo. Si estás con un actor o con un músico, al final lo importante es el resultado. Da igual de dónde venga la idea, lo importante es el resultado".