Ciencia y tecnología

25 de los 35 "signos vitales" de la Tierra están ya en peligro

Siete de cada diez están ya en "color rojo" por el cambio climático, según advierte un consorcio internacional de 1.500 científicos

Imagen de Nueva Delhi (India) que muestra los elevados índices de contaminación del aire que provocan los coches y los sistemas de combustión que usan carbón. Archivo. / HARISH TYAGI (EFE)

Madrid

25 de los 35 "signos vitales" de la Tierra están ya en peligro por el cambio climático, según advierte un consorcio internacional de 1.500 científicos. En concreto, de las 35 áreas básicas para la supervivencia de la vida en nuestro planeta, 25 están ya en "color rojo" y, entre ellas, hay algunas tan imprescindibles como la calidad del agua, la contaminación del aire o la producción de alimentos y de energía.

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Esta coalición internacional está formada por 1.500 científicos liderados por la Universidad norteamericana de Oregón y advierte en su informe anual sobre el Estado del clima que el empeoramiento de los signos vitales de la Tierra indica una "nueva fase crítica e impredecible de la crisis climática" y que "se necesitan acciones decisivas y rápidas".

"Una gran parte de la estructura misma de la vida en nuestro planeta está en peligro", afirma ya William Ripple, un prestigioso investigador de la Universidad Estatal de Oregón, en Estados Unidos.

De hecho, según este informe, los seres humanos "estamos en medio de una abrupta convulsión climática, que pone en peligro la vida en la Tierra como nada que hayamos visto antes, incluso, nuestros parientes prehistóricos".

Pruebas contundentes

Por ejemplo, los tres días más calurosos de la historia se han registrado en el mes de julio de este año.

Mientras tanto, las emisiones contaminantes de los combustibles fósiles, como el petróleo, gas y carbón, están también en su nivel más alto de la historia. De hecho, la temperatura media de la superficie de la Tierra está en su pico más alto de la historia.

La acidez y la subida del mar se encuentran en "extremos récord", pero, debido a las olas de calor, la masa de hielo de Groenlandia, la Antártida y el espesor medio de los glaciares están en sus niveles históricos más bajos.

La población humana aumenta a un ritmo de 200.000 personas por día, pero el número de ganado rumiante (como vacas, ovejas y cabras que producen gases de efecto invernadero y su crianza requiere un uso intensivo de energía) aumenta aproximadamente en 170.000 cada día.

El consumo anual de combustibles fósiles aumentó un 1,5% en 2023, principalmente debido a los grandes aumentos en el uso de carbón (1,6%) y petróleo (2,5%), indica el informe. En cambio, este informe demuestra que la pérdida anual de árboles a nivel mundial aumentó un 25 %, pasando de 22,8 millones de hectáreas en 2022 a 28,3 millones en 2023.

Además, las concentraciones en la atmósfera terrestre del famoso C02 (el dióxido de carbono) y el metano (los dos principales gases que están recalentando el clima) están en máximos históricos.

Pocos signos positivos

El uso de energía renovable también aumentó en 2023, porque el uso de la energía solar y eólica creció un 15% con respecto a 2022.

Pero el uso de energías renovables es solo una catorceava parte del uso de combustibles fósiles, y el aumento reciente en el uso de energías renovables se debe principalmente a una mayor demanda y no a que estén reemplazando a los combustibles fósiles.

Y, como consecuencia de esta degradación de los "signos vitales", se han producido múltiples desastres relacionados con el clima, incluida una serie de olas de calor en toda Asia que mataron a más de mil personas y provocaron temperaturas que alcanzaron los 50 grados en algunas partes de la India.

Además, subraya Villiam Ripple, "el cambio climático ya ha desplazado a millones de personas y eso probablemente conduciría a una mayor inestabilidad geopolítica o, incluso, a un colapso social parcial".

Medidas a tomar

Pare evitar el colapso, este consorcio internacional de científicos pide la rápida adopción de seis grandes grupos de medidas.

La primera: imponer un precio global del carbono, porque podría limitar las emisiones de los ricos y al mismo tiempo proporcionar fondos para más acciones climáticas.

Segundo: sustituir los combustibles fósiles por energías renovables con bajas emisiones contaminantes, como la solar o la eólica.

Por otra parte, habría también que "reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y proteger o restaurar los ecosistemas biodiversos.

Por último, fomentar los alimentos de origen vegetal, reducir en gran medida el consumo excesivo e integrar la educación sobre el cambio climático en los planes de estudio mundiales para impulsar la concienciación y la acción.

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente....