EEUU urge a Israel a no atacar el aeropuerto de Beirut ni su carretera, uno de los lugares más peligrosos de la ciudad

Enviada especial al Líbano

Estados Unidos ha urgido a Israel a que no ataque el aeropuerto de Beirut ni su carretera ni accesos para que la gente pueda huir. Sin embargo, tal como la Cadena SER ha podido comprobar in situ, en la mencionada carretera se reflejan perfectamente los restos de los ataques y, de hecho, sigue siendo uno de los lugares más peligrosos de la capital libanesa.

El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, ha reclamado que el aeropuerto de Beirut y sus carreteras sigan funcionando y se encuentren operativas para que las personas que quieran huir de Líbano puedan hacerlo, rechazando así algún tipo de ataque israelí contra esta infraestructura.

"Creemos que es muy importante que no solo el aeropuerto esté abierto, sino que también lo estén las carreteras que llevan al aeropuerto para que los ciudadanos estadounidenses que quieran irse puedan hacerlo, pero también los ciudadanos de otros países que quieran irse puedan hacerlo. Así que queremos que el aeropuerto permanezca abierto y queremos que las carreteras que llevan al aeropuerto estén abiertas", ha expresado al ser preguntado sobre si han hablado con Israel al respecto.

Washington ha organizado ocho vuelos con un total de 2.400 asientos disponibles para los ciudadanos estadounidenses que quieran abandonar el país, y es que ya son 900 los estadounidenses que lo han solicitado, mientras que otras 8.500 han pedido información al respecto.

Bombardeo del cuartel general de Hezbolá

Al mismo tiempo, el ejército de Israel ha informado de un bombardeo por parte de su aviación contra el cuartel general de la Inteligencia del partido-milicia chií libanés Hezbolá situado en Beirut, sometida a intensos ataques israelíes durante los últimos días. De hecho, las fuerzas israelíes aseguran haber "eliminado" al jefe de Hezbolá, Suhail Hussein Husseini, en uno de sus ataques al barrio de Danieh, el bastión de la milicia en la capital libanesa.

La aviación israelí ha bombardeado más de 70 posiciones de Hezbolá en las últimas horas, principalmente "sitios de producción de municiones", plataformas de lanzamientos, puestos de mando, depósitos de armas y otros edificios militares en el sur de Líbano.

Hezbolá también ha lanzado una serie de cohetes contra agrupaciones de soldados israelíes en los asentamientos de Shlomi y de Hanita, cerca de la frontera y en el extremo oeste, y que recientemente han sido declaradas por las autoridades militares israelíes como zona militar cerrada de cara a la realización de nuevas operaciones terrestres en territorio libanés.

Las fuerzas israelíes llevan varias semanas bombardeando varias zonas de Líbano, donde se han registrado ya más de 2.000 muertos en el marco de estos ataques. El repunte de la violencia se enmarca en los enfrentamientos desatados entre las partes hace ya casi un año después de que Hezbolá atacara territorio israelí tras los ataques perpetrados el 7 de octubre de 2023 por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas contra suelo israelí.

Objetivo: todo lo que está por debajo del río Awali

La pasada noche Hezbolá ha respondido a Israel con 700 cohetes. Las costas libanesas se han convertido en objetivo militar de Tel Aviv, que ha dejado claro que su diana es "todo lo que está por debajo del río Awali", lo que supone cerca de la mitad de las costas del país y la práctica totalidad de las costas del sur.

Abdalá, voluntario que reparte comida entre los desplazados en Sidon, al sur del río Awali, cuenta que todavía es una zona segura y que por eso mucha gente está yendo allí, pero teme que, si bombardean, todos tendrán que subir al norte y buscar refugio en la ya saturada Beirut.

La situación ha empeorado en las últimas 48 horas y, pasado Sidon, el paisaje empieza a volverse un espanto. El paseo marítimo de Ghaziye, una zona costera muy turística, está completamente destrozado, con amasijos de hierros y hamacas tiradas por todos lados. Siguiendo el camino hacia el sur, se suceden las aldeas fantasma y las explosiones se oyen cada vez con más fuerza.

Los objetivos de Israel son principalmente almacenes y naves industriales, probablemente arsenales de Hezbolá, y en esa zona hay una central eléctrica muy importante que seguramente también esté en su punto de mira. Por eso, se ha instalado una especie de cuartel para intentar protegerla.

La milicia chií de Hezbolá controla todo. Cuando se sigue avanzando hacia el sur, llega un punto en el que no dejan pasar. Allí el intercambio de fuego cruzado es constante y es un ambiente totalmente bélico. Un pasaje que recuerda al que vivió el país en 2006.