Violaciones, abortos o cesáreas sin anestesia: las mujeres sufren aún más daño en Gaza y Cisjordania

Los cálculos más conservadores de la ONU cifran en más de 10.000 las mujeres que han sido asesinadas en Gaza en el año de guerra, a las que hay que sumar aquellas que han muerto en Cisjordania y más recientemente en Líbano. Unos datos a los que hay que acompañar de otros que reflejan que las mujeres están sufriendo una mayor violencia de todo tipo, aislamiento y opresión que los hombres palestinos. Es lo que se deduce del informe que este martes publica ActionAid, una red de apadrinamiento de ONGs de la que forma parte la española Alianza por la Solidaridad, basándose en el testimonio de víctimas, activistas y trabajadores de la Franja de Gaza y Cisjordania durante los últimos 12 meses. «Las mujeres y niñas no tienen privacidad en campamentos repletos de gente, tienen que caminar a lugares lejanos para poder ducharse. Es una situación en la que ya no están protegidas», denuncia en declaraciones a la SER Cristina Muñoz, directora de Alianza-ActionAid en España. El documento expone cómo las mujeres se han visto sometidas a miles de agresiones sexuales y a otro tipo de vejaciones que han derivado en una «pérdida de la autoestima y la confianza por la que la vida diaria se convierte en una lucha por la supervivencia con tareas repetitivas». En ese sentido, el informe expone cómo las mujeres están sometidas a un importante daño psicológico al ser las encargadas tradicionalmente de acarrear cubos con agua, recolectar leña o cocinar, tareas que han seguido haciendo en medio de una guerra. Hablamos también con Soraida Hussein, activista por las mujeres que vive en Ramallah y fue fundadora de la organización feminista palestina Womens Affairs Technical Commitee. Vincula directamente la violencia de Israel con la violencia machista: «Es un círculo de violencia que empieza por la violencia externa, la de la ocupación militar israelí, que refuerza la interna, que es la de la sociedad patriarcal palestina». Hussein explica que quien es víctima ya de violencia, luego también la está desplegando en su entorno doméstico. Las mujeres palestinas cargan además con el mantenimiento de sus hijos, que sufren malnutrición en un número cada vez mayor en la Franja de Gaza, lo que incide en un mayor estrés y en más posibilidades de sufrir problemas de salud mental. «El nivel de trauma es brutal», subraya Cristina Muñoz, y es que el informe denuncia cómo el machismo induce también a estas mujeres a situarse al final de las colas de reparto de alimentos o agua, lo que hace más difícil que puedan obtener cuanto necesitan. Las organizaciones denuncian además que los desplazamientos y la situación de extrema necesidad han hecho que muchos hombres hayan forzado a niñas a casarse para pasar a depender de otros hombres, de modo que la familia original tiene una boca menos que alimentar. Y como colofón final de este cúmulo de violencias, la falta de privacidad y los entornos hostiles están multiplicando las violaciones en refugios superpoblados. El informe subraya el impacto especialmente grave que la guerra está teniendo en las mujeres palestinas embarazadas debido a la imposibilidad de obtener una nutrición adecuada y soporte médico, más considerando que la mayoría de hospitales de la Franja no funcionan por los repetidos bombardeos de Israel sobre estas instalaciones. Es el caso de Abber, una mujer que ha dado a luz en plena guerra en el hospital de Al-Awda en el norte de Gaza, quien relata que «he sufrido mucho durante el embarazo y el parto por la falta de comida y nutrientes». Estas carencias también han derivado en un incremento del número de abortos y desde Alianza por la Solidaridad nos relata Cristina Muñoz que se han llegado a hacer cesáreas sin anestesia. La falta también de anticonceptivos aumenta el riesgo de embarazos en una situación extrema. Según relata el texto, los profesionales sanitarios no tienen además equipamiento esterilizado suficiente para implantar DIUs. A esto se suma además que la falta de productos, la suciedad y la ausencia de privacidad ponen especialmente complicado para las mujeres poder mantener una higiene menstrual segura. Esta imposibilidad puede acarrear infecciones y traumas psicológicos. «Hemos visto a mujeres cortar trozos de tiendas de campaña para usarlas como compresas», explica Cristina Muñoz. La violencia doble contra las mujeres no sólo se registra en Gaza, sino también en Cisjordania. En el texto podemos encontrar el testimonio de una mujer que narra cómo otra fue capturada por soldados israelíes que «la llevaron a una habitación, la desnudaron y dejaron que un perro la atacara, justo enfrente de su marido y sus hijos». A la violencia física se suma por tanto la vergüenza que puede acarrear, advierte el texto, consecuencias violentas en el seno de toda la familia después de que la víctima sufra el maltrato de los soldados. En el caso concreto de Cisjordania, se han recogido testimonios que muestran que este tipo de violencia contra las mujeres la han ejercido no solo los soldados israelíes, sino también colonos. «Las mujeres tienen que enfrentarse a los colonos israelíes que edifican en las tierras palestinas», nos explica Soraida Hussein, «las mujeres cisjordanas se enfrentan a una violencia muy complicada que deriva de una ocupación violenta». Explica Hussein por ejemplo cómo estos colonos atacan los campos de olivos donde las mujeres de Cisjordania recogen las aceitunas. ActionAid concluye el documento exigiendo que se tengan en cuenta las opiniones y necesidades de las mujeres a la hora de reconstruir Gaza y Cisjordania. «Las mujeres palestinas detenidas han sido víctimas de múltiples formas de agresión sexual, han sido desnudadas a la fuerza por oficiales hombres del Ejército de Israel. Algunas han sido violadas y otras muchas han sido amenazadas», advierte. Hussein en todo caso concluye con un mensaje hacia el futuro: «la mujer palestina se está fortaleciendo, tiene una actitud en la que siente que si ella se desmorona, se desmorona toda su familia. Las mujeres palestinas son parte de las mujeres del mundo, el pueblo palestino es parte de un mundo más grande, así que hay que presionar a los gobiernos para no dejarlas atrás».

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Un informe de una red de organizaciones no gubernamentales de decenas de países recoge testimonios del impacto especialmente grave de la guerra de Gaza en las mujeres de ese territorio

Antonio Martín

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