Comer menos alarga la vida de los ratones, pero son más importantes sus genes
Es el resultado de una nueva investigación con un millar de roedores transgénicos
Desde hace ya casi un siglo, los experimentos realizados por los científicos han demostrado que comer menos cantidad de alimentos, o con menos frecuencia, provocan que un animal de laboratorio viva más tiempo.
Pero ahora, investigadores de Estados Unidos (un equipo del Laboratorio Jackson ) acaban de realizar uno de los ensayos más grandes, porque, por primera vez, han utilizado casi mil ratones de laboratorio, cuyos genes han sido modificados para que todos los ejemplares sean diferentes.
Y este ha sido el resultado: los roedores transgénicos que comían menos, pero no se volvían más delgados, han sido los que han vivido más meses.
Sin embargo, según los resultados de este nuevo ensayo que publica la revista Nature, los científicos también han demostrado que los genes de cada ratón influyen más en su longevidad que ingerir menos comida.
El objetivo de esta investigación es comprender por qué las dietas con menos cantidad de alimentos funcionan para prolongar la vida y cuál es la mejor forma de aplicarlas a los seres humanos, para que vivan más años, pero sin efectos secundarios negativos.
Hallazgos nuevos
Este experimento con casi un millar de ratones concluye que comer menos calorías tenía un mayor impacto en la esperanza de vida que el ayuno periódico, y reveló que las dietas muy bajas en calorías generalmente prolongaban la esperanza de vida de los ratones independientemente de su grasa corporal o sus niveles de glucosa.
Pero Sorprendentemente, los ratones que vivieron más tiempo con las dietas restrictivas fueron los que perdieron menos peso a pesar de comer menos.
En cambio, los animales que perdieron más peso con estas dietas tendían a tener poca energía, sistemas inmunológico y reproductivo comprometidos y vidas más cortas.
“Nuestro estudio realmente señala la importancia de la resiliencia”, advierte Gary Churchill, presidente de la cátedra Karl Gunnar Johansson y profesor en JAX, quien dirigió el estudio.
Los animales más robustos mantienen su peso incluso frente al estrés y la restricción calórica, y son los que viven más tiempo.
Por lo tanto, este ensayo sugiere que un nivel más moderado de restricción calórica podría ser la forma de equilibrar la salud y la esperanza de vida a largo plazo.
Metodología pionera
Churchill y sus colegas asignaron a los ratones hembra a una de cinco dietas diferentes: una en la que los animales podían comer libremente cualquier cantidad de alimento en cualquier momento, dos en las que los animales recibían sólo el 60% o el 80% de sus calorías de referencia cada día, y dos en las que los animales no recibían ningún alimento durante uno o dos días consecutivos cada semana, pero podían comer tanto como quisieran los demás días.
En general, los ratones que siguieron dietas sin restricciones vivieron una media de 25 meses, los que siguieron dietas de ayuno intermitente vivieron una media de 28 meses, los que comieron el 80% de la dieta de referencia vivieron una media de 30 meses y los que comieron el 60% de la dieta de referencia vivieron 34 meses.
Pero dentro de cada grupo, el rango de esperanza de vida fue amplio; los ratones que comieron menos calorías, por ejemplo, tuvieron una esperanza de vida que iba desde unos pocos meses hasta cuatro años y medio.
Cuando los investigadores analizaron el resto de sus datos para intentar explicar esta amplia gama, descubrieron que los factores genéticos tenían un impacto mucho mayor en la expectativa de vida que las dietas, lo que destaca cómo las características genéticas subyacentes, aún por identificar, juegan un papel importante en cómo estas dietas afectarían la trayectoria de salud de una persona individual.
Genética
Además, señalaron que la resiliencia codificada genéticamente es un factor crítico en la expectativa de vida; los ratones que mantuvieron naturalmente su peso corporal, porcentaje de grasa corporal y salud de células inmunes durante períodos de estrés o baja ingesta de alimentos, así como aquellos que no perdieron grasa corporal en etapas avanzadas de la vida, sobrevivieron más tiempo.
“Si quieres vivir mucho tiempo, hay cosas que puedes controlar a lo largo de tu vida, como la dieta, pero en realidad lo que quieres es una abuela muy anciana”, subraya Churchill.
“Por eso, cuando analizamos los ensayos en humanos de medicamentos para la longevidad y vemos que las personas están perdiendo peso y tienen mejores perfiles metabólicos, resulta que eso podría no ser en absoluto un buen indicador de su futura longevidad”, concluye Churchill.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...