Orbán presenta su programa en Estrasburgo: "Europa necesita un cambio y nosotros somos el catalizador de ese cambio"

Estrasburgo

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha cargado contra la inmigración contra la hipocresía de la Unión Europea en una comparecencia ante la Eurocámara para explicar el programa de la presidencia húngara de la Unión Europea, que Budapest ostenta desde el pasado 1 de julio. Para Orbán, los que antes le llamaban idiota ahora copian sus fórmulas para luchar contra la inmigración irregular. Y lo cierto es que no exagera del todo, porque en los últimos meses estamos viendo cómo los discursos del que antes era considerado un outsider y un populista se va instalando en otros gobiernos de centro-derecha e incluso gobernado por socialdemócratas.

Orbán adelantó el martes las prioridades de su programa y vino a Estrasburgo casi con un discurso de "ya os lo dije en 2015" cuando Angela Merkel enarboló la bandera de Welcome refugees durante la guerra en Siria, porque para Orbán los migrantes han traído más antisemitismo, más violencia de género y más homofobia. Las amenazas a la seguridad suponen un riesgo de ruptura de la zona Schengen" ha dicho en los primeros minutos de su intervención". La mano dura contra los migrantes traza una línea de complicidad entre Budapest y Donald Trump. "Si gana las elecciones, abriremos algunas botellas de champán en Budapest", decía ayer el húngaro si el republicano gana las presidenciales estadounidenses.

"Esto no es Eurovisión"

Al acabar el discurso de Orbán, parte del Parlamento Europeo cantó el Bella Ciao, canción popular italiana adoptada como un himno de la resistencia antifascista. Metsola, la presidenta del Parlamento Europeo, ante el revuelo, avisó: "Esto no es Eurovisión ni La Casa de Papel, respeten la dignidad de esta casa".