¿Seguirías siendo amigo de una persona que plagia algo tuyo y consigue un gran éxito? Escucha un nuevo episodio de 'La cena de los idiotés'

Madrid

Quieres tener un hijo y el médico te dice que solo podrás ser madre o padre a dos edades. Son edades muy diferentes, cada una con sus pros y sus contras. A los 20 años o a los 40 años. Es un objetivo vital, que solo tendrás una oportunidad de cumplir. ¿Qué eliges?

Si supieses que tu hijo es un genio con el potencial para cambiar el mundo, ¿le darías la educación que sacase su máximo potencial aun sabiendo que le robas la infancia y le conviertes en un ser emocionalmente carente y cojo? ¿O ignorarías su potencial e intentarías criarle como a un niño normal -aun sabiendo que puedes privar a la humanidad del siguiente Einstein o el siguiente Mozart o las siguientes Hermanas Williams- para que tuviera un desarrollo sano como persona?

¿Qué preferirías tener si te diesen a elegir? ¿Un hijo con posibles carencias cognitivas, pero emocionalmente pleno, aunque quizás no llegue a ser nunca autónomo, o un genio con las posibles taras emocionales que acarrea y el potencial para hacer cualquier cosa por encima de los demás?

Te compras un billete de tren para ir a Cádiz. El tren va lleno y te toca al lado una persona con un perro. Todo bien excepto por una cosa: tú eres alérgico a los perros. Si pasas varias horas al lado de uno, puedes sufrir graves consecuencias para tu salud. Le pides que se mueva de asiento, te dice que no, que también ha pagado como tú para ir ahí. Y miras a tu alrededor y todo, absolutamente todo, está lleno. ¿Qué haces? ¿Quién se va del tren?

Una persona que considerabas amiga te hace algo que no esperabas. Plagia tu libro. Lo fusila. Y tiene un éxito envidiable. ¿Cómo afrontas esa situación? ¿Qué haces con tu amigo? ¿Sigue siéndolo? ¿Se puede mantener esa relación?

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Tú y tu amante (sí, tu amante) sois muy cinéfilos. Os encanta el cine. Hasta el punto de que, sin pensarlo mucho, te apuntas a un concurso de la Academia de cine en el que sortean dos entradas para ir a ver la gala de los Goya. Y te tocan esas entradas. Cuando te tocan caes en la cuenta de un pequeño detalle. Los asientos son de auténtico privilegio: justo detrás del presidente del Gobierno y de la presidenta de la Academia. Es decir, siempre que las cámaras les enfoquen vas a salir en el plano. Con tu amante. ¿Qué haces? ¿Vas o no vas?