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A vivir que son dos díasUniverso Andújar
Opinión

Educarse

"Nos lo han quitado todo. A este atraco se le llama evolución, y también se le dice cultura. Es lo que me sucedió. A medida que fui acercándome a Spiderman, me alejé de Platero y yo. Fue así porque, antes, el mundo estaba al revés"

La píldora de Andújar | Educarse

Una vez, Bertolt Brecht le puso a una poesía el título de La canción del viento leve. Bueno, más que una poesía, era una canción, como su nombre indica; pero, en el caso de Brecht, las canciones y las poesías estaban hechas de lo mismo, pues sabía que la poesía había nacido de todo lo que cantaba la gente al principio. A esto se le llama lírica popular o lírica tradicional. La palabra lírica se ata con las cuerdas de una lira. Con el teatro, Bertolt Brecht quería devolverle a la gente lo que es suyo, como si alguien se lo hubiera quitado. Pero es que es verdad. Nos lo han quitado todo. A este atraco se le llama evolución, y también se le dice cultura. Es lo que me sucedió. A medida que fui acercándome a Spiderman, me alejé de Platero y yo. Fue así porque, antes, el mundo estaba al revés. Los veteranos (no sé, ahora, cómo decir cincuentón de larga duración), eso, que los veteranos y los que recordamos el anuncio del ponche con hielo, ahora hacemos trampa y decimos que es hoy cuando todo está del revés. Pero nos engañamos, porque el espejo somos nosotros, y la vida está delante de nuestras narices. Antiguamente, cuando todo era al revés, los niños aprendían antes a leer libros que a leer tebeos. Juro que era así. Se leían tan pronto Platero y yo como Mortadelo y Filemón, y llegaba antes a nuestras manos una poesía de Antonio Machado que un cómic de Los Cuatro Fantásticos. Tengo al lado uno de los muchos libros que lo atestiguan. Es un libro infantil muy antiguo, de los años sesenta del siglo pasado, que se llama Las horas muertas. Tiene poesías de Alberti, Antonio Machado y Blas de Otero. Y los dibujos son de Tàpies y de Kandisky. Lo sacó la editorial Aguilar. Los textos no estaban adaptados, eran los niños quienes tenían que adaptarse. A eso se le llamaba, educarse.