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Opinión

Los huevos

"Nos decimos que aunque lo que hacen está mal, los otros harían lo mismo y, encima, no escucharíamos el tipo de mentira que nos gusta escuchar"

Los huevos

Hay un viejo chiste de Woody Allen, de la película “Annie Hall”, que permite explicar bastantes cosas. Un hombre va al psiquiatra: “Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina”. El psiquiatra dice: “Pues intérnelo”. Y el hombre: “Lo haría, pero necesito los huevos”. Según cómo lo interpretemos, el chiste define una actitud frecuente de los ciudadanos respecto a los políticos. Cuando hablo de políticos en general me refiero a algunos, y esos algunos suelen ocupar posiciones de mando. Los ciudadanos, decía, acabamos sabiendo algunas cosas de los políticos. Captamos enseguida cuándo mienten, especialmente cuando ofrecen muchas explicaciones contradictorias sobre un mismo hecho, y cuándo hacen el ridículo, especialmente cuando niegan haberlo hecho y acto seguido acusan a otros de haberles dejado en ridículo. Tardamos más, pero acabamos sospechando también cuándo roban o montan chanchullos. Creo que a todos los ciudadanos nos afectan esas cosas y, en los casos más graves, nos indignan. A veces nos quejamos a gritos. Otras veces negamos la evidencia y nos mentimos a nosotros mismos para proclamar que todo son falsedades, bulos o, como decía el clásico, “inshidiash”. Como el hombre que acude al psiquiatra, sabemos que los políticos, por decirlo de alguna forma, están locos. Pero cuando son de nuestra cuerda, ay, volvemos a votarles. Nos decimos que aunque lo que hacen está mal, los otros harían lo mismo y, encima, no escucharíamos el tipo de mentira que nos gusta escuchar. En resumen, necesitamos los huevos. Según el propio Woody Allen, el chiste se refiere a las relaciones sentimentales: son absurdas, pero insistimos en ellas porque… necesitamos los huevos. Ciertamente, a veces mantenemos con “nuestros” políticos algo no muy distinto a una relación sentimental. Sin embargo, si miramos el chiste de una forma lógica, el único que está claramente loco es el hombre que va al psiquiatra y dice que prefiere dejar tranquilo a su hermano-gallina, porque necesita los huevos. Es decir, los locos del chiste somos los ciudadanos.