Las maneras de conmemorar el 12 de octubre que explican la petición de perdón de México y la reacción española

Madrid

Fiesta nacionalista en España, jornada de conmemoración y reivindicación en Latinoamérica. El 12 de octubre tiene un significado muy diferente a cada lado del océano Atlántico. Una visión diferente sobre los cuatro siglos de presencia española en el continente que ha desembocado en una petición mexicana al rey de España para que pida disculpas por los excesos cometidos y una negativa española a que la disculpa se produzca.

La carta del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador de 2019 y la insistencia este año de su sucesora, Claudia Sheinbaum, son las primeras solicitudes formales a España para que pida perdón. Sin embargo, aunque es una exigencia reciente, la percepción española de su pasado en Latinoamérica ha sido un problema diplomático constante. En el siglo XIX, España tardó 15 años en establecer relaciones con el recién creado Estado de México. Además, cuando por fin comenzaron, no fueron buenas porque Madrid aún reivindicaba su soberanía sobre el territorio.

El origen del 12 de octubre

José Luis Villacañas, catedrático de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid e historiador de las ideas políticas, explica que las primeras celebraciones del 12 de octubre se remontan a 1890, un poco antes de la pérdida completa de las colonias por parte de España en 1898. Aunque la fiesta no era una reivindicación ideal del hermanamiento entre pueblos, sí tenía una mayor intención integradora hacia América Latina que la fiesta actual que se celebra en España.

Villacañas explica que el concepto de Hispanidad lo acuñó Ramiro de Maeztu al crear Acción Española en 1931. De ahí pasó al franquismo, que lo renovó, eliminando el nombre original de día de la raza, y vinculando toda la celebración a una idea muy específica de españolidad. Una idea que esconde los problemas de la colonización y que establece como la gran obra de España su paso por América Latina.

Esto contrasta con la evolución del 12 de octubre en Latinoamérica. Allí no hay desfiles miliares, no es necesariamente un día de fiesta nacional y la jornada recibe distintos nombres (Día de la Diversidad Étnica en Ecuador; Día de la Descolonización en Bolivia; Día de los Pueblos Originarios en Perú…). Marta Martín Gabaldón es historiadora en la Universidad Nacional Autónoma de México y cuenta como en México es un día en el que tradicionalmente se habla de hermanamiento entre los países del continente y en el que la memoria de los pueblos precolombinos cada vez está más presente.

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Estas diferencias sobre el significado del 12 de octubre son un ejemplo muy claro de las dos percepciones tan diferentes que hay a cada lado del océano y explican el rechazo que produce en España escuchar a un dirigente de otro país hablar de actos muy graves por los que se debería de pedir perdón.

España se está quedando sola

En otros países europeos con un pasado colonial pedir perdón no genera revuelo. Mark Rutte, como primer ministro de Países Bajos, pidió perdón en 2022 a Surinam y a las antiguas Antillas Neerlandesas por su pasado como potencia esclavista. En un discurso televisado desde los Archivos Nacionales de La Haya, Rutte definió oficialmente como crimen contra la humanidad ese pasado. En 2023 se sumó el rey Guillermo, que pidió perdón por el tráfico y explotación de seres humanos que enriqueció a sus antepasados.

En 2022, Felipe de Bélgica lamentó los abusos coloniales de su país en República del Congo y prometió devolver 80.000 objetos saqueados. En 2018, Enmanuel Macron pidió perdón por las atrocidades cometidas por Francia durante la guerra colonial de Argelia. En 2023, el presidente alemán, Franz Walter-Steinmeier, viajó a Tanzania para pedir perdón por las matanzas cometidas en el país africano durante la época colonial.

Villacañas cree que estos países son conscientes de lo que hicieron, mientras que España ha preferido ignorarlo, motivo por el cual la solicitud mexicana no es comprendida por buena parte de la población. Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de la república de Portugal, declaró en mayo de 2024 que su país debe pagar los costes de la época colonial, reconocer el pasado y responsabilizarse. Algo que para él es incluso más importante que pedir perdón.