El señor SUMER
Los audios de los últimos días están sacando a la luz una zarrapastrosa trama de extorsiones con un olor inconfundible a ajo y sardina
Ignacio Martínez de Pisón: "El señor SUMER"
Madrid
Se diría que el destino de la totanera María García estaba escrito desde mucho antes de ponerse a cantar y a bailar. Probablemente desde que, a finales de los años sesenta, adoptó el nombre artístico de Bárbara Rey. ¡Qué precoz su obsesión por la realeza! ¿Y quién le iba a decir a esa joven aspirante a artista que acabaría haciéndose realidad el sueño que estaba implícito en su apellido?
Los audios de los últimos días están sacando a la luz una zarrapastrosa trama de extorsiones con un olor inconfundible a ajo y sardina. Lo más interesante ha sido descubrir que el anterior jefe del Estado figuraba en la agenda de su amante con el nombre en clave de SUMER, acrónimo de Su Majestad el Rey. No parece que la artista se hubiera devanado mucho los sesos, la verdad. Su propia madre lo descifró en cuanto le dio por fisgar un poco.
¡Ay, qué sistemas de codificación se usaban entonces, cuando aún no existían los temibles hackers, siempre deseosos de adivinar nuestras contraseñas para hacer todo tipo de desaguisados en nuestros ordenadores!
El jefe del Estado anterior al anterior jefe del Estado era de la misma escuela que Bárbara Rey. Es sabido que Franco ganó en 1967 novecientas mil pesetas con una quiniela. El boleto lo había llevado a sellar su médico de cabecera y estaba a nombre de… Francisco Cofrán, Palacio de El Pardo, Madrid. ¡Qué difícil adivinar la verdadera identidad que se escondía tras tan rebuscado sobrenombre!