¿Es Cadena perpetua la mejor película de la historia del cine?
Internet Movie Data Base, la mayor y más importante base de datos cinematográficos del mundo, la califica con una nota de 9’3 sobre diez y tiene más de tres millones de votos en la lista de las 250 mejores películas de la historia que son votadas por el público. El 14 de octubre se cumplen 30 años de su estreno.
Un alcaide severo y despiadado; los guardianes; el preso que lo consigue todo; las celdas de castigo; el recluso veterano que cuida pájaros; los sueños de fuga, las horas muertas en el patio…Todos estos elementos son habituales en los dramas carcelarios. El director Frank Darabont supo enriquecer el suyo con una historia de esperanza y amistad entre dos actores en plena forma: Tim Robbins y Morgan Freeman. “Trata sobre la esperanza, sobre encontrar una forma de sobrevivir cuando crees que no es posible; trata sobre encontrar un camino para transcender tu propia existencia, independientemente de cuál sea ésta, sobre hallar un rayo de luz en la oscuridad, la alegría, la dignidad y realizarte como persona confiando en ti mismo. No habla tanto de la vida en prisión como de sentirte acompañado y ser capaz de no perder las esperanzas en una situación terrible de la que aparentemente no puedes escapar”, explicaba Tim Robbins.
Y es que Cadena perpetua es una película llena de profundidad humana en la que no faltan algunas sorpresas ni tampoco escenas cargadas de emoción, como la del preso que se suicida al quedar libre porque es incapaz de adaptarse al mundo exterior o ese momento mágico que viven los reclusos cuando el protagonista pone en el tocadiscos el Duettino de Las bodas de Fígaro” y hace que se escuche por todos los altavoces de la prisión.
En Cadena perpetua Tim Robbins interpreta a un banquero encarcelado injustamente por el asesinato de su mujer y el amante de ésta. Durante todos los años que pasa encerrado su único empeño es evitar que la cárcel lo deshumanice y seguir manteniendo viva la esperanza. A través de su ingenio se convierte en el hombre de confianza del alcaide lo que le permitirá transformar no solo su vida, sino también la de aquellos que lo rodean. Tim Robbins encuentra la mejor ayuda en su amigo, Morgan Freeman, el preso que dirige el mercado negro de la prisión. Un gran poster de Rita Hayworth alegra su celda. Con el tiempo el poster irá cambiando: Marilyn Monroe, Raquel Welch... las sex simbol del cine marcan el paso de los años en el mundo exterior, y curiosamente se convierten en la clave de la película.
Cadena perpetua es el resultado de la unión de fuerzas de dos especialistas del género fantástico. Frank Darabont era por entonces un guionista de películas de terror, como Pesadilla en Elm Street 3 o La mosca 2 y Stephen King el autor contemporáneo más cotizado de novelas de terror y misterio. Darabont era algo más que un fan de King. Se conocían desde que, siendo Frank un estudiante, el escritor le permitiera adaptar uno de sus relatos para hacer un corto. Desde entonces eran amigos y Stephen le dijo que, si algún día daba el salto a la dirección, le dejaría adaptar cualquiera de sus historias. Sin embargo, se sorprendió mucho cuando Darabont eligió el relato titulado Rita Hayworth y la redención de Shawshank, un cuento que nada tenía que ver con las habituales historias del género fantástico del novelista. “Mucha gente me decía que nunca hubieran elegido esta historia para hacer una película porque es muy poco cinematográfica. Para mí en cambio era más la cinematográfica de todas por que trataba del corazón de los hombres”, decía el director.
El director eligió para su película a Tim Robbins. Su aspecto de buenazo era ideal para el personaje. Más extraña resultó la elección del otro protagonista. En la novela el personaje llamado Red aparece descrito como un irlandés pelirrojo. Sin embargo, Darabont eligió para el papel a un actor de color como Morgan Freeman. “La voz que utiliza Stephen King para contar la historia es una narración en primera persona, la del personaje de Red. Una voz que yo imaginaba fuerte y con mucha presencia, como la de Morgan Freeman. Así que, mientras adaptaba la historia al guion, yo escuchaba su voz todo el rato, hasta el punto de no poder imaginarme la película sin ella. Afortunadamente pudimos contar con su voz”, se justificaba Frank Darabont.
Un reparto de excelentes secundarios rodea a los dos protagonistas. Luego está la propia cárcel, un lugar tétrico y gris que parece un personaje más de la película. Cadena perpetua se rodó en el penal reformatorio de Ohio, un centro que acababa de ser cerrado. Tim Robbins acudió a conocerlo antes de comenzar el rodaje acompañado de su hijo. “Recuerdo pasear con mi hijo por la galería de celdas y que me dijo: “no quiero estar aquí, papá, es un sitio muy triste”. Y era verdad, se podía percibir en el ambiente todo el dolor y las historias que escondían esos muros. Las voces habían desaparecido pero el sentimiento permanecía”, rememoraba Tim Robbins.
Cuando Cadena perpetua se estrenó en 1994 fue un fracaso de taquilla. A pesar de haber costado 25 millones de dólares, solo consiguió recaudar 16. Entre las causas del fracaso se citaron la impopularidad de las películas de prisiones, la falta de personajes femeninos, la competencia de películas que arrasaban en esas fechas como Pulp Fiction o Forrest Gump o incluso el título, en el original Shawshank redemption, que resultaba extraño y confuso para el público. “Cuánta gente se me ha acercado en la calle y me ha dicho: Cuánto me gusta “sin-sank no sequé” o qué buena es esa de la “susa… suse… redención”, afirma divertido Tim Robbins.
La crítica sin embargo adoró la película desde el principio. Y la Academia de Hollywood también. Fue nominada a siete premios Oscar, incluido el de mejor película y eso hizo que se reestrenara el film paliando un poco el fracaso económico. Sin embargo, no consiguió materializar ninguna de las estatuillas. Pero la sorpresa llegó al año siguiente, Warner Home Video decidió lanzar un gran número de videocasetes de la película en venta y alquiler y la suerte de Cadena perpetua cambió radicalmente. El boca a boca hizo que se convirtiera en el vídeo de mayor éxito de 1995 en todo el mundo. Un par de años después empezaron a emitirla también en los canales de televisión por cable y el fenómeno empezó a extenderse aún más y más. El público la veía y la recomendaba a sus amigos porque encontraba en ella una película vitalista con la que, a pesar de su tema, se podía identificar. “Esta sorprendente reacción con los años invita a pensar que mucha gente ha interiorizado el mensaje de la película llevándolo a sus propias vidas y les ha inspirado para para enfrentarse, por ejemplo, a un matrimonio desastroso, a una enfermedad grave o cualquier otro obstáculo que tengan que superar. Los barrotes de la prisión son una especie de metáfora de sus propias dificultades y encuentran la esperanza y la fuerza para enfrentarse a ellas en la película”, afirma Frank Darabont.
La camaradería, la principal fuerza motriz de Cadena perpetua, fue otra de las razones que hizo que conectara tan bien con los espectadores. “¿Cuantas películas hay realmente sobre la amistad entre dos hombres? No hay sexo, no hay romance, no hay acción ni violencia, no hay rivalidad, no es la típica buddy-movie. Solo trata de una amistad duradera”, afirma Tim Robbins. Por eso resulta un hecho un tanto sorprendente que más incluso que los hombres, el público favorito de la película sean las mujeres. “Las mujeres especialmente adoran esta película y eso es algo que me sorprendía al principio porque no sale ninguna mujer en la película, pero descubrimos que les gusta la película porque habla de amistad, de relaciones humanas, porque habla de personas”, añade Darabont.
Un guion sin fisuras y lleno de emoción no forzada; una fotografía excelente; un gran diseño de producción; la maravillosa música de Thomas Newman; un reparto perfecto en todos sus personajes; la solidez narrativa del director que va, sin florituras ni sensiblería, directo al corazón… Todo ello hace de Cadena perpetua una película que es difícil no amar. De ahí posiblemente su conexión con el público. Cine con mayúsculas, en definitiva, del que no puedes perderte.
Antonio Martínez
Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...