Ciencia y tecnología

"Huele a cebolla y luego a limón": prueban que nuestro olfato puede identificar secuencias de olores en apenas 60 milisegundos

El olfato ya no es el sentido más "lento". Una nueva investigación prueba que los humanos podemos discriminar entre diferentes olores con una sola inhalación, y casi diez veces más rápido de lo que se pensaba. Lo publica Nature 'Human Behaviour'

Una mujer huele una mandarina recién abierta. Recurso. / gettyimages

Una mujer huele una mandarina recién abierta. Recurso.

Madrid

Lo que vemos, lo vemos muy rápido. Las señales nerviosas del color viajan a través de nuestro nervio óptico y llegan a la corteza visual en la parte posterior del cerebro. Todo este proceso ocurre en tan solo trece milisegundos, 25 veces más rápido que un abrir y cerrar de ojos.

Lo que oímos, también llega rapidísimo. El oído humano puede distinguir dos sonidos separados en apenas 0,00033 segundos. Y así con casi todos los sentidos. Excepto el olfato que, a menudo, se considera nuestro sentido con el tiempo de reacción más lento. Un ejemplo muy sencillo puede ser pensar que cuando llegamos a un sitio sucio, lo más extendido es creer que lo primero que percibimos es lo visual ("está sucio") y luego lo olfativo ("huele mal").

El estudio de Zhou Wen, del Instituto de Psicología de la Academia China de Ciencias, ha intentado desmentir esta creencia tan extendida cronometrando con precisión cómo olemos y cómo de rápido se activa nuestra actividad neuronal para distinguir secuencias de olores. Lo han publicado en Nature Human Behaviour.

¿Cómo lo han hecho?

Primero crearon un aparato que es capaz de mostrar distintos olores a la nariz humana en secuencias muy precisas separadas por 18 milisegundos. Luego pidieron a 229 participantes que distinguieran entre dos olores diferentes dentro de esas secuencias. Usaron compuestos químicos que tenían olores similares a los de la manzana, la cebolla, el limón y las flores.

Los separaron en grupos de dos y se los dieron a oler a los participantes. Primero los presentaban en un orden -por ejemplo limón y luego cebolla- y luego en orden inverso -cebolla y luego limón- con intervalos de tiempo variables. Querían saber si los participantes, en una sola aspiración de la mezcla, que generalmente duraba de 1 a 3 segundos, conseguían, no solo diferenciar los componentes individuales, sino cual había llegado antes y cual después.

Los autores descubrieron que los participantes podían discriminar entre dos olores presentados en un orden, y luego en el orden inverso, con solo 60 milisegundos de diferencia y dentro de una sola inhalación. También descubrieron que cuando el retraso entre la entrega de los dos componentes del olor era de entre 100 y 200 milisegundos, los participantes decían que la mezcla olía más a su componente anterior, en lugar del componente posterior, con más frecuencia.

Su conclusión principal es que el orden en que los componentes de un olor llegan a la nariz es importante para definir la identidad de un olor. También que nuestro sentido del olfato es mucho más rápido de lo que se pensaba, y tiene una velocidad similar a la de la percepción del color.

Javier Ruiz Martínez

Javier Ruiz Martínez

Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...

 
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