Javier de Antonio (CEEES), sobre el fraude del diésel: "Está provocando una alteración del mercado muy lamentable que va a generar problemas a ciudadanos y a negocios"
El presidente de Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio asegura que llevan años sufriendo este problema
La mafia del diesel
Madrid
La Oficina Nacional de Investigación contra el Fraude y las autoridades de competencia ha puesto el punto de mira en el negocio de las gasolineras. El organismo ha abierto una investigación en torno al diésel y el fraude que algunas estaciones de servicio estarían llevando a cabo. El coste de esta “estafa del diésel” tiene un coste que ronda los 1.900 millones de euros y lleva operativa más de un año en nuestro país. “Ya son unos cuantos años en los que llevamos sufriendo esta circunstancia, aquí hay mucha gente que está provocando una alteración del mercado muy lamentable y que va a generar muchísimos problemas. No solamente al ciudadano español, sino de negocios que están en claro peligro de cierre por falta de competitividad”, señala Javier de Antonio, presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio.
El entramado tras el fraude del diésel
Primero se defrauda con el IVA; si vemos el número de solicitudes para ser “operador al por mayor” estas se han disparado. Hablamos de hasta 322, algo que las autoridades han decidido frenar temporalmente o directamente suspender frenando a 200 de ellas (CNMC y el Ministerio). Lo que se hace es montar la empresa, cobrar el IVA y desaparecer a los 3 meses, embolsándose 1.200 millones de euros. Tal es la picaresca que algunas de estas estaciones fueron intervenidas un jueves para volver a operar bajo otra denominación al viernes siguiente. Se defrauda también con los biocombustibles, ya que esos carburantes no están pagando los elementos 'bio' para no contaminar, lo que suma entre 500 y 600 millones de euros más. A estos dos fraudes se añade también el del “fondo de eficiencia”, eso que pagan las gasolineras y que supone además entre 60 y 100 millones de euros.
Este fraude tiene su origen en la primera venta del proceso, fundamentalmente con diésel ya refinado que viene de países como Siria, Rusia e Irán. Estos países tienen limitada su exportación, pero su origen se altera en Turquía y Marruecos (se finge haber cargado, descargado y refinado el diésel) y así consiguen saltarse las limitaciones. Ese diésel es vendido a “gasolineras fantasmas”, aquellas que aparecen y desaparecen en menos de tres meses. Venden a un precio irrisorio si lo comparamos con la media; son 40 o 60 céntimos más baratas respecto al diésel que está regulado.
1 de cada 4 litros de diésel en España viene del fraude
Los datos del sector y la Agencia Tributaria señalan que este fenómeno empezó en 2022. Entonces suponía un 5% del total de la gasolina que se vende en España. Un año después llegó al 15%. Ahora los investigadores apuntan a que este ya representa entre un 22 y un 25% del total de carburante vendido en España. Entre las estaciones de servicio de la investigación hay una en Morón de la Frontera (Sevilla) y otra en Zaragoza que venden el diésel a 1,09, cuando el precio medio del mercado es de 1,45. Ir allí y llenar el depósito supone un ahorro de entre 10 y 20 euros.
Los empresarios de la gasolina exigen responsabilidades
En Hora 25 de los Negocios hemos hablado con una de las patas de la mesa de este sector, concretamente la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio. Su presidente, Javier de Antonio, explica que ya lo han comunicado a las autoridades y hay avances, pero que esto se sigue produciendo y no va a menos: “Los gasolineros defienden el hecho de que lógicamente no tienen constancia de que se esté cometiendo un delito porque ellos tienen la factura consigo, lo que sí que es cierto es que el producto tiene un precio anormalmente bajo”. Sobre un posible daño a los consumidores, el presidente asegura que han detectado algunos “problemas para los motores”, pero también se han detectado “adulteraciones del combustible”.