Pérez-Reverte explica la única manera de "querer a España" que encuentra a veces

Madrid

Hace una semana salió a la venta la última novela de Arturo Pérez-Reverte, La isla de la mujer dormida. Se trata de una obra que gira sobre tres aspectos esencialmente: el mar, el amor y las aventuras en el Egeo durante los años de la Guerra Civil española. La protagonista es una mujer que el propio autor describe como "derrotada". "Mis personajes femeninos siempre son fuertes, pelean en territorio enemigo. Esta vez quería a una mujer derrotada porque ahí no hay retaguardia", ha explicado el escritor en La ventana de los libros. Durante la entrevista, el autor también se ha confesado sobre otros aspectos, como cuál es la única manera de "querer a España" que encuentra "a veces".

El también escritor y poeta Benjamín Prado ha recordado en un momento de la entrevista a Bouvard y Pécuchet, la obra póstuma de Gustave Flaubert que se publicó en 1881. Según ha apuntado Prado, en un momento del libro un personaje le dice al otro "es que la única manera de querer a España es desde lejos". A raíz de esta cita, le ha preguntado a Pérez-Reverte si esa es verdaderamente la única manera de querer a España. "A veces, en algún momento, sí. En estos momentos sí, especialmente", ha remarcado el autor. "Acabo de llegar de Grecia, he estado presentado allí el libro con los periodistas y te aseguro que sí", ha afirmado.

Esta no ha sido la única referencia que Pérez-Reverte ha hecho a España relacionada con su nueva novela. La historia de La isla de la mujer dormida (Editorial Alfaguara) transcurre en abril de 1937, mientras España está inmersa en la Guerra Civil. Un marino mercante es enviado por el bando sublevado con el objetivo de atacar el tráfico naval de la URSS, que mandaba material militar a la República. Una de las bases de operaciones está en una pequeña isla del Mar Egeo en la que viven un matrimonio. La mujer lucha por escapar de su destino y en esta situación se ve envuelta el marine español.

Pérez-Reverte ha reflexionado sobre "una cosa importante" y presente en su obra que son las líneas blanco y negro y que uno de sus personajes se mueve en la fama de grises. "Cuando estás seguro de que tu causa es la buena, es muy fácil todo. Entonces, bueno, puedes morir, luchar, matar, odiar, señalarte... Pero cuando estás en la zona de grises, cuando no lo tienes muy claro. Esto es mucho más interesante, más complejo. Entonces hablar con él, con el adversario que al mismo tiempo es amigo y ese enemigo... Todo ese territorio de gamas de grises me interesaron", afirma.

En ese momento, Prado le cuenta que algo que le gustó de los dos personajes de la obra es que son "muy conscientes de los errores de los suyos", que incluso reconocen y señalan. En este punto, Pérez-Reverte se acuerda nuevamente de España. "Es muy poco español eso, aquí nunca aceptas la virtud del enemigo ni el error propio y ellos no, ellos sí aceptan los errores en su propio campo y eso le acercan", ha añadido.