El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha intervenido en World in progress, el espacio de diálogo y reflexión organizado por el Grupo PRISA. Ha dedicado buena parte de su discurso al conflicto en Oriente Medio y ha dejado los últimos minutos a hablar de vivienda. Sobre la manifestación que recorrió este domingo el centro de Madrid pidiendo que la vivienda deje de ser un negocio de unos pocos, Sánchez ha asegurado que el Gobierno «la escucha con atención y comparte su demanda». Ha hecho un pequeño diagnóstico de la situación que califica de «difícil»: «Es evidente que los precios no han dejado de subir, que la oferta es escasa, que el estado de algunas casases deplorable y que muchos jóvenes no se pueden independizar». «Si no reaccionamos con contundencia, la sociedad acabará dividida en dos clases. No quiero una España de propietarios ricos e inquilinos pobres. Mi gobierno ha fijado como prioridad absoluta la vivienda», ha asegurado antes de repasar algunas medidas que se han ido implementando en los últimos años. Ha anunciado además el reparto de 200 millones de euros para jóvenes en los bonos de alquiler y medidas para evitar las fraudes en los alquileres turísticos y de temporada. «La vivienda sigue siendo más un drama que un derecho y requiere de medidas contundentes para resolverlo», ha señalado. Sánchez ha querido recalcar la importancia de aplicar la ley de vivienda: «Es una buena ley que ofrece soluciones a los ayuntamientos».