Prudencia
Es de suponer que la Sala II del Tribunal Supremo sabe el daño que habrá hecho en el caso de que terminen por determinar que no existió delito alguno en la causa contra el fiscal general
Punto y 25 | Prudencia
Madrid
Prudencia es, según algunas definiciones, la cualidad de actuar de la manera más adecuada, dentro de lo posible, para evitar cualquier tipo de daños y contratiempos innecesarios. Prudencia, evitar daños innecesarios, se le suele pedir a los responsables de los altos organismos del Estado, precisamente porque su capacidad de hacer daño es también muy alta. La decisión de los miembros de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de investigar por infidelidad en la custodia de documentos al fiscal general del Estado no era la única opción posible para esos magistrados, si querían estar seguros de que no se habían vulnerado los derechos de defensa del novio de Isabel Díaz Ayuso.
Podían haber decidido primero hacer algunas indagaciones propias para valorar si estaba justificado investigar al fiscal general o no. Pero han decidido empezar por encausarle. Es de suponer que saben el daño que habrán hecho en el caso de que terminen por determinar que no existió delito alguno. Daño, no solo al Fiscal o al gobierno, sino a la imagen de la propia Justicia, una vez más rodeada de escándalo y gresca. La capacidad del Tribunal Supremo para sorprender viene de lejos.
Hace años decidió nada menos que condenar a miembros del Tribunal Constitucional en un caso de responsabilidad civil. Por supuesto, todo quedó en nada, pero el desconcierto de los ciudadanos no se pudo evitar. Es muy posible que en esta ocasión también los mas perjudicados sean los ciudadanos respetuosos de la ley, que no entienden nada de los líos que se trae la Sala II del Tribunal Supremo.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL...