Sociedad

Comunidades autónomas del PP frenan el plan de Sanidad sobre el uso de la mascarilla para controlar la gripe

No han sido capaces de consensuar criterios comunes para evitar el colapso en urgencias con la vigilancia COVID

Una enfermera con mascarilla. / HOSPITAL UNIVERSITARIO DE TORREJÓN - Archivo (EUROPA PRESS)

Madrid

La Comisión de Salud Pública no ha podido aprobar el plan de los técnicos de Sanidad para vigilar y controlar la epidemia de gripe y otras infecciones respiratorias agudas. Varias comunidades autónomas gobernadas por el PP como Castilla y León o Madrid han puesto pegas al documento porque consideran que "está poco maduro" y que es necesario revisarlo, según han informado a la Cadena SER fuentes autonómicas.

En la elaboración del plan han participado junto al ministerio, expertos y técnicos de ocho comunidades autónomas: Asturias, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Extremadura, Murcia, Comunidad Valenciana y La Rioja. Sin embargo, algunas de ellas han puesto este jueves objeciones y han pedido más tiempo para estudiarlo.

La Comisión de Salud Pública ha decidido convocar una nueva reunión extraordinaria para volver a debatir el documento incorporando las aportaciones de los gobiernos autonómicos.

¿Qué dice el texto del plan?

El plan propone para este invierno la vuelta a la mascarilla frente a la epidemia de gripe y demás infecciones respiratorias. En principio solo como recomendación aunque podría imponerse en hospitales, centros de salud y residencias si la situación se complica mucho.

Ponernos la mascarilla si tenemos síntomas de gripe o de otros virus y autoaislarnos. Es la recomendación general que hace el texto de 12 páginas al que ha tenido acceso la Cadena SER. Si aumenta la transmisión las medidas escalan en función de cuatro escenarios de epidemia.

Por ejemplo, los técnicos proponen el teletrabajo, reubicar al personal de las residencias o si no es posible darles una baja de cinco días, para empleados de cara al público uso de mascarillas recomendada también por supuesto en las zonas vulnerables de hospitales y centros de salud donde se podrá incluso valorar que sea obligatoria si la situación empeora y la transmisión de los virus es alta. En las residencias se podrían restringir las visitas, siempre valorando la repercusión emocional.

Y a las personas con riesgo de complicaciones graves se recomienda que se la pongan en el supermercado, tiendas y transporte público, en espacios cerrados como cines, teatros, gimnasios, salas de conciertos, de baile y en eventos multitudinarios al aire libre. Es un plan de vigilancia y control como el de la pandemia de la COVID.