Julianne Moore: "Ante la falta de esperanza, no podemos rendirnos"

Madrid

Cuentan que se conocían solo de haberse cruzado en algún pasillo de festival en festival, sin embargo, esos breves encuentros habían sido agradables, tanto, que a Tilda Swinton le dio la impresión de que podrían conectar para trabajar juntas cuando Pedro Almodóvar se decidió a rodar en inglés su último largometraje, La habitación de al lado. Con la actriz británica ya había cerrado el reparto, pero quedaba buscar a la otra protagonista y, finalmente, tanto el director manchego como la intérprete propusieron el mismo nombre: Julianne Moore. "Cuando Pedro me preguntó a quién me imaginaba como Ingrid, solo se me ocurrió una persona. Solo había una cara y un nombre. Y estaba nerviosa, por si él pensaba en otra actriz. Así que le envié el mail, mientras el me escribía a mi con la misma respuesta, nuestros correos se cruzaron en el aire", cuenta Tilda Swinton en una entrevista en la Cadena SER. "Me encanta la historia, es maravillosa", responde Julianne Moore.

De procedencias distintas, con trayectorias diferentes, Moore y Swinton, nuevas chicas Almodóvar, las primeras anglosajones, tienen varias cosas en común. Las dos son cultas, leídas, inteligentes, de la misma edad, 63 años, y han sido iconos del cine independiente. Julianne Moore, neoyorquina, ha protagonizado varios largometrajes de Todd Haynes, director que como Almodóvar, ha reinventado el melodrama. También con Tom Ford, Fernando Meirelles o Lisa Cholodenko, Robert Altman o Paul Thomas Anderson en papeles que se salían del prototipo de Hollywood. Por su parte, Tilda Swinton, londinense, ha colaborado con su amiga la directora Joana Hogg y ha arriesgado trabajando con directores como Apichatpong Weerasethakul, Luca Guadagnino, Jim Jarsmush, Hong San Soo o Lynne Ramsay. En La habitación de al lado, ambas vinieron a España unos meses, a rodar la mayor parte de la película en Madrid, ciudad a la que, dicen, estaban deseando volver. "Echábamos de menos Madrid, estamos felices de volver", contestan casi al únisono las dos actrices, que han venido para la promoción del filme, que llega a cines este viernes.

También bromeaban sobre qué les gusta más a cada una de la ciudad. Tilda es de Chueca, Julianne, como reconoció en Vogue, de El Corte Inglés del Barrio Salamanca. Volví ayer a El Corte Inglés. Tengo una foto en mi móvil delante, porque me encanta ese supermercado, es el mejor del mundo", decía riéndose. "Ella es más moderna que yo", se refería a su compañera de reparto que estuvo viviendo en Chueca durante el rodaje. "Eres mucho más sofisticada", le respondía Tilda Swinton, mientras que matizaba Julianne Moore: "lo que soy es más burguesa". Entre ellas se ha generado una amistad y una química similar a la que mantienen sus personajes, Ingrid y Martha, dos amigas, que se encuentran en el final de una de ellas, enferma de cáncer.

Es el personaje de Tilda Swinton que le pide a la otra que le acompañe en sus últimos días, cuando ya ha decidido que acabará con el sufrimiento que la enfermedad le produce. Una historia que habla de cuidados, de empatía y de bondad, cualidad que reivindican en un mundo atomizado como el que vivimos. "Creo que es lo más revolucionario, recordar a la gente que en eso se basa la humanidad", decía Swinton. "Todos hemos sido niños, todos hemos estado indefensos y hemos entendido lo importante que es la amabilidad, que nos cuiden, conforme hemos crecido. La sociedad tiene una extraña manera de distraernos y alentarnos a ver la amabilidad como una debilidad. Y no puede haber un mejor momento para hablar de ello, para animar a las personas a reconocer su propia amabilidad", añade.

Como en todo el cine del director manchego se cuela la política. Se habla de eutanasia, se habla del auge de la extrema derecha y del cambio climático, a través del personaje de John Turturro, un ex que ambas compartieron y que aparece en una conversación dando su visión pesimista sobre el mundo. Frente a ese discurso está el del personaje de Julianne Moore que decide cuidar y acompañar, tener esperanza. "Creo hay muchas cosas que nos permiten seguir teniendo esperanza. Cuando miras nuestra historia, aparecen momentos difíciles, mucha oscuridad, muchos conflictos, muchas enfermedades. Sin embargo, persistimos, porque tenemos esperanza y porque progresamos y porque tenemos guerras, pero seguimos teniendo hijos. Es importante recordar siempre eso, que no puedes rendirte. No nos damos por vencidos", insiste la actriz neoyorquina.

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Especial Venecia | Pedro Almodóvar gana un León de Oro histórico para el cine español

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La habitación de al lado es la primera película de Almodóvar donde el amor romántico deja paso a una bella historia de amistad, algo que las actrices agradecen al director. "La mayoría de las veces cuando vemos películas sobre dos mujeres, o son amantes o hay una relación familiar, madre e hija, hermanas, o son mujeres antagonistas. Es una pena, porque esa no es la experiencia que tengo en mi vida. Tengo muchas amigas maravillosas e importantes y son una gran fuente de apoyo para mí", cuenta Moore. "Es un alivio que esta historia sea así, que podamos vernos reflejadas y ver la profundidad de esta relación", añade Swinton.

Las dos actrices están encantadas con su trabajo en esta película, que ganó el León de Oro en Venecia, que se ha proyectado en festivales como Toronto, San Sebastián y Nueva York y que ahora estará en Londres. También en los cines, donde el director se reencontrará con un público que ha visto como su cine evolucionaba, de la comedia gamberra, de Pepi Luci Bon y otras chicas del montón, su primera película, a la comedia estilizada de Mujeres al borde de un ataque de nervios, la película que ambas actrices descubrieron el cine de Almodóvar. "Creo que fue la primera película que tuvo una distribución internacional más grande, luego empezaron a distribuirse sus anteriores películas", nos cuenta Swinton. "Fue muy impactante para todas nosotras, como actrices, en esa época, ver la calidad de la obra y el énfasis en la interpretación femenina. Era un trabajo interpretativo tan elevado, tan inusual y tan divertido que nos emocionó y nos hizo a todas querer trabajar con Pedro". Décadas después, han sido ellas, las actrices americanas que han conseguido que el cineasta español se atreviese a rodar en inglés, en una película que, de momento, solo ha dado alegrías.