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Economía y negocios

Mariana Mazzucato (economista): "Hay que gravar las rentas excesivas para distribuir de forma más justa las ganancias"

La economista italiana apuesta por un Estado que utilice sus propios recursos para invertir en lo público y defiende la redistribución de rentas

Hipotecas más bajas y más rápido

Madrid

El Banco Central Europeo ha vuelto a bajar los tipos de interés un cuarto de punto, lo que los deja en el 3,25%. El control paulatino de la inflación invita al optimismo de los reguladores que seguirán alerta e irán decidiendo poco a poco, sin compromisos, cómo y cuándo serán las siguientes bajadas de tipos de interés. Más allá de la decisión, en Hora 25 de los Negocios, se sienta con nosotros una de las grandes economistas del momento, Mariana Mazzucato, profesor en Economía de Innovación y Valor Público y directora del Instituto para Innovación y Propósito Público en el University College de Londres. Su reconocida labor en el ámbito de las políticas económicas dedicadas a la innovación le han valido para ganarse un amplio reconocimiento internacional.

Pregunta: Estamos viendo más regulación a las grandes tecnológicas, aranceles y nuevos impuestos. ¿Los mercados libres y la autorregulación son ideas del pasado?

Respuesta: Yo pienso que en cualquier momento de la historia lo importante no es pensar en un gran Estado o un pequeño Estado, lo importante es ver cómo funciona. Un Estado que piensa en cómo gobernar bien, en modo predistributivo, en vez de dejar que el mercado cometa los errores y después tenga que corregirlos. Los economistas han pensado en la teoría de que el papel del Estado es corregir los fallos del mercado, pero tenemos que pensar en cómo formar y cómo cocrear el mercado, de modo que por ejemplo, hoy, sea más sostenible e inclusivo. Eso requiere no solo regulación, sino también inversión que ya tiene como condición pensar en cómo la tecnología va a afectar las personas. Hemos socializado el riesgo y privatizado los beneficios. Entonces, gobernar no es solamente regular los monopolios, es también pensar en cómo estar seguro de que los beneficios de esta tecnología sean lo más compartidos posible.

Pregunta: ¿Hay un riesgo de intervencionismo político? Que los gobiernos intenten dirigir los mercados a conveniencia no del pueblo, sino del propio gobierno…

Respuesta: Obviamente, es un riesgo, pero es también fruto de una mala interpretación, porque el gobierno debería no solamente regular el sistema, sino crear valor, de hecho, ha creado valor. Todo mi libro sobre “El estado emprendedor” era sobre cómo la revolución tecnológica, informática y digital ha sido fruto de no solo la inversión privada de Steve Jobs o Elon Musk, sino sobre todo de la inversión pública. Entonces, una vez que uno acepta este hecho, que el valor ha sido producido de modo colectivo, la pregunta debería ser: ¿Cómo podemos generar estados independientes que inviertan en la tecnología? La forma en la que llegamos a la Luna en la década de 1960 no fue con el Estado que solo regulaba, eliminaba riesgos o facilitaba las cosas. Debemos aceptar que, como los mismos venture capitals lo saben, para cada éxito tienes que aceptar ocho o nueve fracasos, eso también debería estar dentro de un sector público que invierte primero dentro de su propio cerebro y no usa solamente a las consultoras. Por eso escribí el último libro “El gran engaño” de cómo los gobiernos han sido engañados para ser consultificados con McKenzie, PWC… La “deloittificación”. Repito, llegamos a la Luna con la dirección clara de que el gobierno necesitaba muchas soluciones diferentes: ¿Qué ropa llevarían los astronautas? ¿Cómo se moverían? ¿Cómo irían al baño? Eso se hizo usando las compras públicas, con una misión orientada, pero no a los resultados. Así es como obtuvimos teléfonos con cámara, mantas de aluminio, fórmula para bebés, software… Estas fueron soluciones a problemas planteados públicamente que requerían que el gobierno prestara atención a los instrumentos de las compras públicas, que pueden crear innovación o pueden ser solamente algo parasitario o que genere corrupción. Tenemos que luchar contra la corrupción y el nepotismo, pero no sacando la ambición.

Pregunta: Estamos en un mecanismo en el que el gobierno probablemente puso en marcha toda esa innovación, pero ahora la innovación es privada. ¿Se está garantizando que para el futuro los beneficios sean privados?

Respuesta: Bueno, hemos permitido que se acumulen rentas excesivas —las distingo de las ganancias eso sí— en empresas como Google o Amazon, que casi no pagan impuestos, eso es lo que les ha permitido volverse extremadamente ricas, así que lo que realmente deberíamos estar haciendo, creo, es gravar también esas rentas excesivas para lograr una distribución mucho más justa y equitativa de las ganancias. No por una cuestión de socialismo, sino por el capitalismo. Lo primero que aprendes en una clase de finanzas son los riesgos y las recompensas, pero lo que hemos visto en los últimos 50 años es compartir los riesgos y privatizar las recompensas, al menos de eso se trata el capitalismo.

Pregunta: ¿Qué se puede hacer para revertir esta tendencia?

Respuesta: Si uno no acepta que el Estado crea valor, no hay razón de invertir dentro del Estado. Entonces lo primero es también la educación de la inversión en el servicio público, que hemos visto en todo el mundo, aunque ha disminuido con este problema de la consultificación de nuestros gobiernos, es solo un síntoma de eso. Eso no va a cambiar si no admitimos que no es una cuestión de Estado grande o pequeño, es Estado estratégico, capaz, ágil y flexible. En segundo lugar, también juega lo excitante que puede ser trabajar dentro del gobierno, porque, por ejemplo, la única razón por la que Obama consiguió tener un premio Nobel en Física como ministro de Energía, Steven Chu, era porque le dijo: ¿Por qué no vienes al gobierno y me ayudas a estimular la economía con una dirección de ser ministro y una estrategia emocionante? Una estrategia que no es cuestión de ser un prestamista de última instancia, sino inversor de primera instancia. No es ser un reparador del mercado, sino un moldeador. No es ser solo un redistribuidor, sino un creador de valor. Eso necesita una narrativa, una teoría y una práctica completamente diferentes. Debemos probar el nivel verdadero de las ciudades y una alianza público-privada simbiótica. No es un eslogan, hay que tener más confianza, tienes que tener tu propio valor para negociar bien. Si el gobierno no tiene eso y no sabe lo que quiere, ni tampoco tiene estrategia o capacidad, nunca vamos a poder resolver el problema.