España prepara a las fuerzas de la OTAN en Eslovaquia para repeler una posible acción hostil de Rusia
El Ejército español lidera por primera vez una Brigada Multinacional de la OTAN, integrada en un Cuartel General también dirigido por nuestro país con capacidad de movilizar a 60.000 militares de la Alianza Atlántica en 10 días
Lest (Eslovaquia)
A 290 kilómetros de la frontera con Ucrania, en la base militar de Riecky, en Lest, un letrero de madera marca la distancia de las ciudadaes más simbólicas de la zona, entre ellas, Kyjoz a 287 km, Bohdalice a 267 km, pero también se cuela Jaén, algo más lejos, a 2.831 km – es tradición que cada unidad coloque un cartel con sus ciudades-.
Estamos en el corazón de Eslovaquia, dentro de unos de los campos de maniobras militares más grandes de Europa con algo más de 145 kilómetros cuadrados de extensión – algo inferior al campo de maniobras de San Gregorio, en Zaragoza-. Aquí la OTAN ha desplegado uno de sus ocho ‘Battle Group’ para disuadir a Rusia y defenderse ante cualquier amenaza hostil. No es una misión más. Es especial. Es la primera vez que España lidera una operación en el flanco Este de Europa, nunca antes se había ostentado el mando de una Brigada Multinacional de la OTAN.
Desde julio España dirige esta brigada formada por 2.800 militares de seis países (España, República Checa, Eslovenia, Portugal, Turquía y Eslovaquia), de los cuales 1.100 están desplegados en el terreno, integrados en la ‘Task Force’. El grueso de parte de esa brigada permanente en Lest lleva bandera española. Lo forman 800 militares españoles – el 85% pertenece a la Brigada Paracaidista (Bripac) y el resto a la Brigada Logística del Ejército de Tierra-. Estos 800 militares españoles desplegados en Eslovaquia convierten ahora mismo a esta misión en la más numerosa de España en el exterior, por encima incluso del contingente español desplegado en el Líbano (UNIFIL).
Fuego real para prepararse ante una amenaza hostil
Su nivel de adiestramiento es máximo. Se preparan para reaccionar ante una posible acción hostil de Rusia. Nada puede fallar. La Brigada Multinacional ‘Task Force’ de Eslovaquia ha desplegado sobre el terreno un mínimo de capacidades para dar una respuesta inmediata, a través un batallón – Battle Group- (dos compañías de infantería, vehículos Vamtac, algunos equipados con misiles Spike y morteros), Unidad de Defensa Antiaérea (sistema de misiles Mistral), equipos de guerra electrónica (sistema contra drones Cervus), Escuadrón de Caballería (Centauro y Valuc), una sección de cuatro Carros de Combate Leopard 2A6 (portugueses), una Batería de Artillería de Campaña (obuses Light Gun), Batallón de Zapadores y la sección de logística.
Despliegue Terrestre en el Flanco Este (Eslovaquia) [Autor: EMAD]
Cada una de esas unidades deben estar sincronizadas a la perfección. Esa coordinación se consigue a través de maniobras de instrucción como las que se ha realizado esta semana en Eslovaquia a través del ejercicio ‘Beta’, en el que se ha simulado una invasión enemiga dentro de un territorio aliado.
Del repliegue al contraataque
El adiestramiento comenzó a altas horas de la noche. Pasadas las 22 horas del miércoles, más de 50 vehículos blindados Vamtac empezaron a desfilar para ir ganando posiciones en el campo de batalla. A las 6:00 de la mañana del día siguiente, dos compañías del Escuadrón de Caballería contactaron con el enemigo – una compañía checa asumió ese rol-, realizaron una vigilancia próxima a través de un equipo de observadores escondido en el norte del campo de maniobra y evaluaron la situación. No podían atacar. Eran inferiores. Decidieron replegarse hacia el sur, tras comprobar que el enemigo tenía mayor capacidad de combate. El Mando de Control optó entonces por ejecutar “una maniobra retardadora para ganar tiempo, preparar el terreno y desgastar la capacidad de fuego del enemigo”, relata el teniente coronel Pereda, al frente de la Bandera Roger de Flor de la Brigada Paracaidista, mientras señala el mapa de operaciones del ejercicio.
El objetivo de esa acción es provocar que el enemigo gastase el 80% de su munición para debilitar sus fuerzas de ataque, combinado con las bajas que pudiesen sufrir. “Tenemos que hacer 14 bajas de vehículos blindados de combate enemigo para poder iniciar el contraataque”, añade. Y así fue. Se hizo en dos ejes, con la compañía de eslovena y la española, en concreto con el lanzamiento de varios misiles Spike (misiles contra carro con una alcance de 4 km).
Las horas pasaron y a primera hora de la tarde, se inició el despliegue de otra compañía de pozos de tiradores y se tendió un campo de minas. Fue entonces cuando comenzaron a rugir sobre el terreno los cuatro de Leopards 2A6 (de la sección portuguesa) que comenzaron a abrir fuego real (sin carga explosiva) contra los objetivos simulados para eliminar a los blindados enemigos. Con esa maniobra se inició el contraataque “para recuperar el terreno perdido y restablecer el statu quo”, remata el teniente coronel Pereda.
Oremland, el antiguo cuartel ruso reconvertido en zona de maniobras
Las fachadas amarillas y rojas, con ventanas rotas y paredes desconchadas albergaban los antiguos cuarteles rusos en la época de la URSS. Es Oremland. “Aquí antiguamente dormían los oficiales rusos, allí estaba el supermercado...” relata un miembro de la Brigada Paracaidista. Hoy esos mismos edificios son utilizados por las fuerzas de la OTAN como campos de maniobra para adiestrarse en el combate en zonas urbanas. “Lo que buscamos es atravesar esta población con la mayor seguridad posible, no podemos desdoblar a la población, por eso tenemos que atravesarla”, explica el capitán Vicario Valdés, jefe del Escuadrón de Caballería, orgulloso de haber ejecutado la primera misión que realizan los blindados ‘Centauro’ fuera de España (el Ejército español ha desplegado seis de estos vehículos en Eslovaquia).
A plena luz del día, en una mañana fría, los dos ‘Centauros’ actuaron como punta de lanza, tomaron posiciones y aseguraron la zona. Ese movimiento permitió que las unidades de infantería pudiesen avanzar. Para completar esa progresión jugó un papel clave la unidad de zapadores, centrada en dar apoyo a la infantería para localizar y remover cualquier amenaza explosiva que puedan encontrarse en su progresión. Por ejemplo, un proyectil de obús (lanzado por un equipo de contrabatería) que no detonó y que apareció semi enterrado en campo abierto, próximo al paso de las unidades. “Ahora procedemos a señalizarlo [con un spray rosa], después la remoción y el aviso a los equipos de desactivación”, detalla el sargento Torrecilla, jefe de la segunda sección de la compañía de Zapadores. Ellos no pueden desactivar de un proyectil de esas dimensiones, solo los inferiores a 60mm. Un proyectil como el que se han encontrado, de 120mm, tiene una onda de detonación muy potente, están obligados a alejarse 200 metros como margen de seguridad, para que uno de los dos robots del equipo de desactivación - Med Eng Avenger- neutralice la amenaza.
La capacidad de ver un cigarrillo a 5 kilómetros
La noche en el campo de batalla no descansa. El movimiento es continuo. Pero la vigilancia también. “Por ejemplo, si alguien en mitad de la noche se enciende un cigarrillo a 5 km, podríamos ver perfectamente un punto blanco y localizar la luz con nuestra cámara térmica”, explica el sargento Pereira, jefe del equipo de observación del Grupo Táctico. Esa cámara – de fabricación israelí- les da la capacidad de observar con alto nivel de detalle lo que ocurre en la noche a una distancia de 10 kilómetros. Además, este equipo les permite conseguir las coordenadas de un objetivo en ambiente nocturno. “Aunque hay trucos como protegerse como mantas térmicas, similares a las que se utilizan en los accidentes. El problema es que, si no las utilizan bien, podemos identificarles igualmente porque detectaríamos una mancha uniforme que les delataría”, añade en plena noche mientras muestra la pantalla del ordenador con las imágenes captadas, colocado en el capó del un Vamtac camuflado en la oscuridad.
Esos puestos de observación avanzada permiten a la Batería de Artillería de Campaña marcar con precisión sus objetivos. Esta unidad desplegó en zona urbana, en Oremland, a sus tres obuses remolcados ‘Light Gun’ que tienen un alcance efectivo de 17 km – pueden lanzar cerca de 20 proyectiles seguidos antes de que se caliente el tuvo-, aunque para esquivar los edificios de la zona tuvieron que realizar el disparo conocido como ‘tiro de segundo sector’ (por encima de los 45 grados) con forma de parábola. Una vez efectuados los lanzamientos solo tienen 8 minutos para abandonar la zona en un radio de 500 metros. Ese el margen de tiempo que tienen antes de los enemigos utilicen sus contrabaterías para calcular el origen de los disparos y devolver el ataque con el lanzamiento de sus proyectiles.
Guerra electrónica antidron
Otro de los equipos más novedosos desplegados por las Fuerzas Armadas españolas en Eslovaquia es el sistema antidron ‘Cervus’, que acaba de ser adquirido por España – aún se está calibrando su eficacia-. Este novedoso sistema permite a las tropas desplegadas en el terreno inhabilitar la entrada de drones de guerra – ya sean observadores o con explosivos- a un kilómetros de distancia. Se crea una barrera a través de la emisión de ondas de radio que inutilizan la conexión obligando al dron a regresar o tomar tierra. Además, también se puede crear una burbuja de seguridad de 500 metros para evitar que cualquier enjambre de drones pueda atravesar el frente de las tropas.
Este equipo antidron se complemente con el radar ‘Raven’ que tiene la capacidad de detectar todo lo que se mueva por tierra o por aire - del tamaña de 10 cm- a 6 km de distancia. En el caso de que algún avión sea identificado, actuaría la batería de misiles Mistral – que tienen un techo de 3 kms de altitud y un alcance de 6km-.
'Los 33 de Kuchyña'
El músculo del contingente español en Eslovaquia está en Lest. Pero el cerebro que marca la acción de la Brigada Multinacional Task Force está algo más al norte. En la base militar de Kuchyña donde se han instalado 33 militares españoles del Corps Foward Element que actúan como elemento de enlace con el Cuartel General que dirige esta misión.
Ese cuartel de la OTAN, el HQ NRDC-ESP se ubica en Bétera (Valencia). Desde allí se activarían los planes de defensa de la OTAN para repeler una amenaza directa con una gran potencia como Rusia. Ese puesto de mando – liderado también por España- tendría la capacidad de desplegar hasta 60.000 soldados de la Alianza Atlántica en 10 días, en una operación de alta intensidad. La orden se daría desde Bétera, pero el puesto avanzado se ubica ahora mismo en Kuchyña, donde se activará una primera avanzadilla a cargo de la Brigada Multinacional Task Force de Eslovaquia.
Javier Bañuelos
Redactor Jefe en la Cadena SER responsable de...