Sociedad

Francia rechaza el modelo italiano de traslado de migrantes al extranjero

Tanto Michel Barnier como Emmanuel Macron se muestran "escépticos" ante la propuesta italiana para frenar la inmigración

El ministro italiano Antonio Tajani con el primer ministro Michel Barnier / LUCA ZENNARO (EFE)

París

El primer ministro francés, Michel Barnier, rechazó este viernes el modelo italiano de traslado de migrantes al extranjero, tras reunirse con los ministros italianos del Interior y de Exteriores. "No creo que esta idea sea transportable a Francia (...) por razones jurídicas e institucionales", dijo el jefe del Gobierno francés, un día después de que el presidente, Emmanuel Macron, se declarase "escéptico" durante la cumbre europea de Bruselas.

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Barnier, que se reunió en la frontera franco-italiana con los ministros italianos de Exteriores, Antonio Tajani, e Interior, Matteo Piantedosi, apostó más por incrementar la cooperación con los países de origen y de tránsito de los inmigrantes para afrontar este fenómeno. Italia ha abierto un centro de retención en Albania para procesar allí a los solicitantes de asilo, una medida pionera en el seno de la Unión Europea que ha recibido el respaldo de algunos países miembros.

El primer ministro francés, que estuvo también acompañado por su titular de Interior, Bruno Retailleau, señaló que el desafío de la inmigración "tiene que ser europeo" y, en ese sentido, consideró que el pacto por la inmigración de la UE "es un buen enfoque".

"La cuestión de inmigración es un asunto de los 27, no era así hace unos años cuando era un debate ideológico. Con este pacto podremos tratar el asunto todos juntos, todos los países están afectados y hay que afrontarlo sin polémicas", dijo Barnier, que pidió que ese mismo espíritu se aplique también en Francia.

El jefe del Gobierno señaló que "los franceses quieren una política migratoria eficaz, digna y firme", que consideró "esencial para lograr la integración". Recordó que París acaba de notificar a las autoridades europeas que prolongan el control de sus fronteras y recordó que el año pasado 70.000 entradas fueron rechazadas, más de la mitad procedentes de Italia.