Celta de Vigo y Real Madrid protagonizaron en Balaídos el último partido del sábado de la décima jornada de Liga. El italiano Carlo Ancelotti, entrenador del conjunto blanco, recuperó el tridente ofensivo -Bellingham y Vinícius y Mbappé- para afrontar el desafío en el estadio de Balaídos, donde apostó por Fran García para ocupar el lateral izquierdo de la defensa. Quien también volvió al once titular fue Thibaut Courtois, que estuvo varios partidos de baja por una pequeña lesión que se la produjo en los últimos minutos del duelo ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano. El belga fue el gran protagonista en el inicio del duelo por una parada antológica que mantuvo el empate sin goles en el marcador entre Celta de Vigo y Real Madrid. Corría el minuto siete de partido cuando el belga evitó el tanto del conjunto local en Balaídos. Una rápida combinación de los locales terminó con Swedberg con muchos metros por delante para romper el empate en el electrónico. Recorrió metros y metros con el balón en sus pies sin nadie por delante y, en el mano a mano, Courtois se hizo enorme y mandó el balón a saque de esquina. Rozó el esférico con su bota, lo justo para que el balón no entrase y mantener así el empate entre ambos. Esa gran intervención hizo que, diez minutos después, Kylian Mbappé inaugurase el partido con un auténtico golazo. Se equivocaron los de Giráldez en la salida de balón y ahí le quedó el balón franco al francés. No lo dudó y sacó un latigazo desde fuera del área para perforar las mallas de Guaita.