"Mi abuela se ha caído varias veces porque su piso no se adapta a sus necesidades": el 30% de los mayores de 65 años se cae al menos una vez al año

“Un día estaba pelando una naranja, de golpe me caí y cuando desperté habían pasado dos horas. Fui al hospital y me dijeron que había tenido una parada cardíaca”, asegura Mari Carmen, una vecina de 83 años de Ávila que estaba sola en el momento que le ocurrió. “Mi abuela ha sufrido varias caídas en su propia casa, está en un piso muy antiguo con un suelo que no se acomoda a sus necesidades”, explica Beatriz. La falta de acondicionamiento de los hogares para las personas mayores, las enfermedades neurológicas o la pérdida de funcionalidad forman parte de la mezcolanza de causas que producen las caídas. El año pasado fallecieron 4.018 personas por este motivo ya sea en el acto o por las complicaciones tras sufrir una o varias. Según el INE, son la primera causa de muerte no natural en 2023, superando a los suicidios.

“Las causas pueden ser cardiovasculares, neurológicas como un ictus, causas del aparato locomotor, problemas visuales o los fármacos”, explica Pilar Sáez, jefa del servicio de Geriatría del Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Madrid). Estudiar la causa de la caída para detectar posibles dolencias y hacer una valoración geriátrica exhaustiva a los pacientes para saber qué medicamentos necesitan realmente y cuáles se les pueden retirar paulatinamente, es esencial para evitar estos accidentes: “Medicamentos como los diuréticos para aumentar la cantidad de orina, pastillas para la tensión o para el corazón son fármacos que bajan la tensión y pueden contribuir a las caídas. Los antihistamínicos también hay que tomarlos lo mínimo posible”. A esto, la Dra. Sáez añade el control de los psicofármacos como las benzodiacepinas: “Se suelen pedir para dormir y el estado de somnolencia y debilidad que se puede experimentar también influye en las caídas”.

Por su parte, Paco Tarazona, vocal clínico de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, considera que se cae en el edadismo cuando se estima que la caída es inherente al hecho de envejecer: “Esto es un concepto erróneo y afecta a una proporción no desdeñable de mayores, familiares y cuidadores clínicos”. Por ello, Tarazona sostiene que una caída debe alarmar lo suficiente al paciente y a su entorno como para solicitar asistencia médica: “Debe incluir la identificación de los posibles factores intrínsecos y extrínsecos, su posible corrección y asociar también las medidas que puedan mejorar la condición física”.

Plan Nacional Anticaídas

La Plataforma de Mayores y Pensionistas demanda al Ministerio de Sanidad un plan que articule una hoja de ruta multinivel que involucre a todas las administraciones para prevenir estos episodios: “Favorecer los entornos públicos seguros, acomodar las casas a las necesidades de las personas mayores y sensibilizar a la población”. José Manuel Freire, presidente de la Comisión de Sanidad de la PMP asegura que hay países como Francia que ya han implantado una iniciativa similar: “Se está demostrando que funcionan para reducir las caídas y ya le hemos planteado a la ministra y a su equipo nuestro plan. Estamos contentos por la buena aceptación y veremos resultados pronto”.

Igualmente, desde la Plataforma de Mayores y Pensionistas indican que el Plan Nacional Anticaídas ha de trazarse en coordinación con los ámbitos de la vivienda, el urbanismo y los servicios sociales.