La cultura nos prepara para una muerte digna: relatos para afrontar el duelo
Es una de las apuestas de la temporada. Películas y series, libros, teatro y arte abordan la muerte en general y el derecho a una muerte digna en particular. Relatos de ficción y autoficción sobre cómo enfrentarse a un duelo, cómo buscar la belleza en los momentos más oscuros
La cultura nos prepara para una muerte digna. Relatos para afrontar el duelo.
Cada año mueren más de 55 millones de personas en todo el mundo y, como en los videojuegos, los cuerpos desaparecen. Alguien tiene que encargarse de ellos. La periodista y escritora inglesa Hayley Campbell ha publicado un ensayo, que ahora edita en España Capitán Swing, donde explora el trabajo invisible en la industria de la muerte. En Todos los vivos y los muertos recoge los testimonios de esas personas que han hecho de la muerte su trabajo y cómo se enfrentan a ella. Papeleo, transporte del cuerpo, funerarias, crematorios. Cada año mueren más de 55 millones de personas en todo el mundo y de qué manera, la mayoría de ellas. Asistimos a la muerte como si se tratara de un espectáculo, se lamenta uno de nuestros invitados.
La muerte en general y la muerte digna en particular es una de las apuestas de la cultura para este otoño. Este fin de semana coincide el estreno en cines de La habitación de al lado, la última película de Pedro Almodóvar, sobre la eutanasia. Fin de semana en el que Polvo serán, un musical de Carlos Marques-Marcet protagonizado por Ángela Molina, ha inaugurado la Seminci de Valladolid. Otra historia sobre la decisión de morir a través de la comedia, el drama, la música de María Arnal y la danza de La Veronal.
Sigrid Nunez es la autora de la novela que adapta Almodóvar, se titula Cuál es tu tormento. Nunez es una de las escritoras norteamericanas de moda y leer una novela suya es lo más cerca de pasar una tarde con amigas, como reconoce la autora, "leer un libro es hacer amigos". Después de El amigo y Cuál es tu tormento, Nunez publica ahora Los vulnerables, con Anagrama, tercera novela en la que habla de amistad femenina, de duelo y de cómo la política nos afecta, aunque no estaban concebidas como una trilogía, nos explica la escritora desde Nueva York. La novela consta de dos partes y en ellas la protagonista se traslada a un lujoso apartamento de Nueva York para cuidar al loro de alguien que ha quedado atrapado por el confinamiento en otro lugar. Esa anécdota permite a la autora volver a sus obsesiones, como la amistad con los animales, la crisis climática, el tiempo y la memoria y cómo la literatura o la ficción puede influir en nuestra vida.
"Yo no me he casado ni he tenido hijos, así que la amistad es para mí algo central en las novelas", cuenta Nunez. En sus libros está tan presente este tema como el humor, aunque trate temas dolorosos y trascendentes. "La comedia, el sentido del humor, es una parte fundamental de nuestras vidas", dice.
El humor no es frívolo ni superficial, recordaba Alfredo Sanzol, director del Centro Dramático Nacional, esta semana. Hay que hablar de la muerte con humor, reclamaba también Gustavo Rodríguez, Premio Alfaguara de Novela 2023. De humor tira siempre nuestra compañera Maruja Torres, que ha regresado con Cuanta más gente se muere, más ganas de vivir tengo, donde también reflexiona, a sus 81 años, sobre la muerte y la juventud, con humor. "Se habla poco de la muerte porque más de la mitad de la humanidad es joven y la gente joven no piensa en la muerte porque no es algo que tenga encima, aunque en general pensamos poco en la muerte. No hay que comerse el coco con la muerte, la muerte vendrá igual. Lo que tienes que preocuparte es de cosas básicas como del funeral y de que no vengan curas, porque he visto cosas", explicaba la escritora en Hoy por Hoy.
Editado por Temas de hoy y en forma de diario, la periodista recuerda sus orígenes, escribe sus memorias o testamento vital, revive sus experiencias en la prensa. Con muchas ganas de vivir, Maruja Torres le confesaba a Àngels Barceló sus últimas voluntades, cuándo empezó a pensar en la muerte y lo que ha previsto para cuando esta llegue. "Está mal resuelto el morirse en este país y la prueba es que tienes que dejar por escrito todo lo que tú no quieres que se haga. Estoy a favor del suicidio asistido, incluso sin enfermedad, porque dices hasta aquí, no quiero arriesgarme a vivir peor, estoy contenta con la vida que tengo, gracias a todos y adiós, ahí os quedáis".
Han pasado ya dos años de la muerte de uno de los escritores más importantes de nuestras letras, Javier Marías, y justo ha llegado a las librerías un libro breve y emotivo. Duelo sin brújula, que firma Carmen López Mercader, la que fue su pareja y compañera y que publica la editorial de ambos, Reino de Redonda. Un libro sobre el duelo, que lejos de ser lacrimógeno o de hurgar en la tristeza y en el cotilleo, es un bello retrato de lo que fue su historia de amor, una historia preciosa, por cierto.
La autora habla de dolor, de fantasmas, de añoranzas, de consuelo, de cómo se vive la pérdida de alguien tan querido y cuenta algo importante en el mundo editorial: este será el último libro que publique la editorial que fundaron, pues las cuentas no dan. También reconoce que los beneficios de la publicación irán destinados a la Fundación Javier Marías, para la investigación del impacto neurológico del Síndrome de dificultad respiratoria aguda.
En el teatro asistimos estos días a otro duelo muy bello, cargado de poesía. El del uruguayo Sergio Blanco, que primero en el CDN y esta próxima semana en el festival Temporada Alta, nos presenta Tierra, una pieza que gira en torno a la figura de su madre. "La pérdida, la muerte, el desprendimiento, la separación de alguien es algo obviamente doloroso, un momento complejo, pero también es un momento en el que se pierde y se gana", explica el dramaturgo al canal Uruguay 5. "La fase del duelo es elaborar la desaparición física de esa persona y uno empieza a conectar desde otros lugares con esa persona. La obra también habla de eso, de cuál es el lugar de los muertos, ¿dónde están los muertos? Yo estoy convencido de que los muertos no quieren que los olvidemos, nos piden que los sigamos creando y recreando en el infinito para que puedan tener un lugar en esta Tierra. Quiero hablar de la muerte, pero no de su aspecto más denso, más oscuro, más pesado o más desgarrador, sino de su zona más más bella. Hay una belleza en la muerte que hay que saber encontrar", añade Sergio Blanco.
Liliana Ayestarán se llamaba su madre y como homenaje a su desaparición, el dramaturgo presenta en esta autoficción a tres personajes que fueron alumnos suyos. "Los relatos alrededor de una persona son los que construyen a una persona, en el fondo, somos como somos vistos por los demás, la identidad no existe, lo que existe son las diferentes lecturas, somos una multiplicación de yoes", concluye.
En el Teatro de La Abadía hemos conversado con Ramón Barea, también sobre este asunto que nos atañe, el de la muerte, una asignatura pendiente para el actor de 75 años. "No solo la muerte, sino la vejez, que va en el lote, ese periodo final que es el más largo de nuestra vida y, sin embargo, es el menos tratado. Es como si empiezas a sobrar y te lo dice una persona ya pasada la edad de jubilación y afortunadamente en activo. Lo vimos en pandemia, las personas mayores de repente sobrábamos. "El tema de la muerte, el momento de morir, la forma de morir, el lugar de morir, con la familia o sin la familia, las residencias, la enfermedad, poder decidir sobre tu propia vida. Todo eso está sin tratar con normalidad, entra en el terreno de lo inconfesable, de lo lejano, de lo oculto", nos dice el actor.
Ramón Barea no presenta El dilema del corcho, una obra escrita por Patxo Telleria, que actúa junto a él y que quería reflexionar en un principio sobre la importancia de pagar impuestos, de un sistema fiscal justo y progresivo. Dirige Mireia Gabilondo. Aquí toda la entrevista con Barea, que este fin de semana presenta la obra en el Teatro Arriaga de Bilbao y la semana que viene en La Abadía de Madrid.
El 15 de octubre de 1924 empezó a emitir la Cadena SER. Ese mismo día se publicó el Manifiesto del Surrealismo, de André Breton, iniciando una de las aventuras artísticas y literarias más importantes del siglo XX, con españoles como Dalí o Buñuel. Con motivo del centenario, en el Centro Pompidou de París visitamos la exposición 'Surrealismo' con nuestro corresponsal Vicenç Batalla. La palabra surrealismo se ha incrustado hasta tal punto en nuestro imaginario, que se olvida su origen en ese manifiesto publicado como prólogo de un libro del francés Breton. Ahora, aparece como un texto visionario, ya que fue la vanguardia del siglo XX que más tiempo duró, más se extendió por el mundo y sus repercusiones aún resuenan en la actualidad. Esta es la premisa de la vasta exposición.
Cien años después, el movimiento surrealista se pone al día y se revaloriza con los más recientes estudios. Oficialmente duró hasta 1969, pero su proyección sobrepasó el ámbito puramente parisino y abarcó todo tipo de artes, aunque naciera de un círculo de poetas. Así, la exposición en el Pompidou nos hace entrar en un itinerario en espiral en catorce capítulos. Empieza por una sala circular con imágenes de la época y donde se expone por primera vez el manuscrito en su integridad. Respecto a vanguardias precedentes, el surrealismo asociaba la libertad artística al compromiso político, en un difícil equilibrio que dio lugar a purgas y deserciones bajo la vigilante supervisión del propio Breton.
En la exposición, con 500 cuadros y objetos, se recorre un itinerario contra los fascismos, los totalitarismos y el colonialismo. En la sala de los monstruos políticos, se contempla las obras de Max Ernst y André Masson contra el franquismo. Y en otra sala también está el cuadro de Salvador Dalí El enigma de Guillermo Tell, una sarcástica ironía sobre Lenin. Finalmente, en 1939 Dalí acabaría siendo expulsado del grupo por sus provocaciones y su acomodo a Franco. Por su parte, Miró, Buñuel, el tinerfeño Óscar Domínguez, la catalana Remedios Varo que acabaría viviendo en México o la gallega Maruja Mallo se mantendrían más o menos cercanos del movimiento.
Tradicionalmente, se marcaba el final del surrealismo con el final de la Segunda Guerra Mundial, con la irrupción del arte conceptual y minimalista estadounidense. Algo que esta exposición desmiente. El mismo Breton a principios de los sesenta se identificaba con pintores que no habían seguido exactamente sus reglas. Otra de las grandes novedades en el recorrido por el Pompidou es el protagonismo que se le otorga a las artistas mujeres en el movimiento. No era así hasta ahora, como en el resto de la historiografía del arte. Entre otras, figuran Dorothea Tanning, Dora Maar, Toyen, Leonora Carrington, el casi descubrimiento de Ithell Colquhoun o las españolas Varo y Mallo.
Y una polémica que ha surgido de esta exposición es la generación de la voz de André Breton a través de la inteligencia artificial. En la sala con el manuscrito de su manifiesto se le oye citando algunas de las frases que escribió. Una operación que se ha hecho junto al Instituto de Investigación y Coordinación Acústica (IRCAM) de París. Hay quien considera que Breton no lo habría aceptado, porque estaba en contra de apoyarse en la tecnología. El interrogante queda en el aire. Esta voz fabricada de Breton resuena en el Pompidou hasta el 13 de enero y luego acompañará la exposición por Bruselas, Hamburgo y Filadelfia. Y así será también del 4 de febrero al 11 de mayo en la Fundación Mapfre madrileña.
Y para surrealista también la exposición que ha inaugurado La Casa Encendida de Madrid. La torre invertida: arte, contracultura y tarot. Un primer plano de Lou Reed observando atento cómo una tarotista le lee el futuro. Tina Turner o Steve Wonder representando a los tradicionales arcanos de la baraja o el matemático John von Neumann, padre de la computación y uno de los artífices de la bomba atómica, en el papel de la Muerte. Desde Andy Warhol a Agnès Varda, La Casa Encendida nos propone este acercamiento al tarot en el arte contemporáneo y la contracultura.
La muestra se articula en torno a la obra de doce artistas que han utilizado el tarot como inspiración, atraídos por su simbolismo y por la búsqueda de nuevas narrativas, que además de relatos personales y autoconciencia, permite pensar en utopías. Obras como los primeros cinco minutos de la película de Agnès Varda, Cleo de 5 a 7, en la que se pueden ver las manos de una tarotista leyendo el futuro a una joven donde aparece la Torre Invertida, que da título a la muestra y que hace referencia a un nuevo comienzo. La muestra incluye obras tan políticas como las de la artista estadounidense Betye Saar, que por primera vez expone en España, leyenda del arte contemporáneo y activista por los derechos de los negros. O el famoso tarot negro que realizó Ahmad Khan con dibujos de Michael Eaton y en la que los arcanos son representados por grandes figuras de la cultura negra.
Una recomendación: visitar la exposición de manera aleatoria, sin seguir un órden, apropiándose de ella.