Puñetazos antes que perder comba

Madrid

En las pasadas elecciones autonómicas, hace solo un año y siete meses, Isabel Díaz Ayuso consiguió la presidencia de la Comunidad de Madrid por mayoría absoluta de escaños, pero eso no quiere decir que tuviera la mayoría absoluta de votantes. Votaron 3,3 millones de madrileños y 1,5 millones le respaldó a ella. El resto, 1,8 millones optó por otras formaciones políticas. Incluso si se contaran a su favor los votos de Vox, habría más de un millón y medio de madrileños a los que la señora Díaz Ayuso ha decidido no representar, al negarse a acudir a una cita con el presidente del Gobierno, como era su obligación institucional. Está claro que la señora Díaz Ayuso no tiene la menor intención de cumplir ninguna función de este tipo.

Su trabajo no tiene nada de institucional, se centra exclusivamente en sus propios intereses, ni tan siquiera en los del Partido Popular en su conjunto. Es una táctica bien conocida en la política populista y ella consigue casi siempre llevarla a cabo con éxito. Como muy bien explican los expertos en populismo, si un día, en un parlamento, un gobierno anuncia una gran medida económica y al mismo tiempo dos diputados se lían a puñetazos, ¿en que se van a fijar los ciudadanos? Sin ninguna duda, en los puñetazos. Y así estamos. La señora Díaz Ayuso buscará siempre liarse a trompadas con quien sea, incluido su jefe, antes que perder comba.