"¿Qué es eso de abrazarse en el parking?": una psicóloga carga contra el aeropuerto que ha prohibido los abrazos de más de tres minutos

Madrid

El aeropuerto de Dunedin, en Nueva Zelanda, ha implementado una medida insólita: limitar a tres minutos la duración de los abrazos de despedida en las zonas de embarque. Según explicó en una radio local neozelandesa Dan De Bono, director general del aeropuerto, la decisión responde a la necesidad de gestionar mejor el espacio disponible para que todos los pasajeros puedan despedirse de sus seres queridos sin causar aglomeraciones. De Bono argumenta que la ciencia dice que bastan apenas 20 segundos para que un abrazo libere oxitocina, la hormona vinculada al bienestar.

Esta curiosa medida ha llamado la atención, y en redes sociales las opiniones están divididas. Muchos usuarios critican la restricción por considerarla «inhumana», a pesar de que el aeropuerto, en tono irónico, ha indicado que si los usuarios quieren que el abrazo dure más, en el aparcamiento tienen todo el tiempo para abrazarse lo que quieran. La psicóloga Isabel Rojas Estapé, autora de cuentos infantiles sobre las emociones, se ha pasado por La Ventana para charlar sobre esta medida. Rojas ha publicado una colección de cuentos infantiles sobre las emociones que se llama La Neurona exploradora y que arranca con Necesito un abrazo, un cuento que nos ayuda a entender qué ocurre en nuestro cerebro cuando estamos tristes y cómo gestionarlo.

Al respecto de las declaraciones de De Bono, la psicóloga ha comenzando cargando (entre risas) contra la medida tomada por el aeropuerto. "¿Qué es eso de abrazarse en el parking?". Sobre la duración adecuada para un abrazo, ha explicado que se sabe que menos de veinte, como decía el director del aeropuerto de Dunedin, son pocos segundos. "En mi familia hablamos de mínimo 10 segundos, que es cuando nos hace sentir querido, acompañado. Con el abrazo expresas mucho físicamente, son palabras mayores", aunque ha reconocido que tres minutos de abrazo pueden generar cierta incomodidad en muchas personas.

Sobre los beneficios que aportan los abrazos de despedida, Rojas ha comentado que reduce la presión arterial y la frecuencia cardíaca, así como muchos beneficios a nivel físico. "También tiene beneficios psicológicos, porque te sientes querido, entendido, acompañado. En este abrazo dejas una parte de ti. A mí se me parte un poco el corazón a la vez que sé los beneficios que tiene cuando los veo en los aeropuertos", ha dicho.

Preguntada por Marta del Vado sobre si existen diferencias entre adultos y adulto y niño, la psicóloga ha afirmado que no hay diferencias. "Cuando es entre dos personas de la misma jerarquía es mucho más sentido, de más corazón. Entre un padre y un niño, para el niño es reconfortante y para el padre es una herramienta para que el niño sepa responder adecuadamente a las emociones", ha explicado. Además, sobre los famosos carteles en los que desconocidos ofrecen abrazos gratis, Rojas ha comentado que son beneficiosos pero no tanto como los que se dan entre dos personas cercanas. "No deja de ser un abrazo y es bueno, pero no tiene los mismos beneficios porque en ese abrazo hay comprensión, cercanía física y emocional. Es un gesto muy bonito el abrazo de un desconocido, pero no es lo mismo".

También ha explicado que la pandemia del Covid-19 nos quitó una de las cosas más importantes a nivel bioquímico, que es el contacto físico. "Cuando nos tocamos, nos damos un beso, generamos esa oxitocina que nos hace sentir queridos. Mirarnos en una pantalla y con la distancia hace que se generen pensamientos negativos. Abogo porque nos volvamos a abrazar y tocar, y lo contrario me parece un error", ha finalizado.