Ese dolor que está "solo en tu cabeza" duele de verdad
La psicóloga Natalia Seijo explica los efectos de la somatización del cuerpo y da consejos para tranquilizarlo
Una mujer sufriendo ansiedad. / Photo by Rafa Elias
Madrid
Hace unos años el periodista Nacho Carretero estuvo en Sierra Leona haciendo un reportaje sobre la crisis del Ébola. Y, por supuesto, nada más llegar, estaba tan sugestionado que empezó a sentir en su cuerpo todos lo síntomas de esa enfermedad tan terrible: "Te están diciendo que no toques a nadie, que si te duelen los huesos, puede ser un síntoma, que si te duele la cabeza, puedes haberte contagiado...". Le pusieron el termómetro en la frente, uno de esos que luego, en la pandemia de COVID-19, se hicieron tan habituales, y él creyó ver el número fatídico: 38,5º. Y su cuerpo empezó a generar síntomas inmediatamente. Pero el fotógrafo y él tenían una reunión con la directora de la ONG que les acogía, que les dijo que pasaran al despacho para hablar.
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"No me dio tiempo a reaccionar. Y en esa conversación, en esa charla de la directora, yo empecé a sufrir todos los síntomas del ébola. Inmediatamente. Dolor de huesos, me empecé a marear, empecé a sentir calor y en mitad de la charla en el despacho, yo le digo Alfonso, el fotógrafo, '¡Alfonso, Alfonso!' Y él se gira, mirándome, como diciendo '¿qué quieres ahora que nos está hablando esta mujer?' Y le digo: 'Tengo ébola.' Y entonces le pido al chico del termómetro que me vuelva a medir la temperatura. Y veo que pone 36 y medio y se me van automáticamente todos los síntomas. Me vuelvo a encontrar perfecto".
Esta es la historia de síntomas psicosomáticos que ha contado Nacho Carretero, pero casi todo el mundo tiene un episodio en el que "su cabeza" o sus emociones se han expresado a través de síntomas físicos. Todos hemos experimentado un dolor de cabeza por tensión, o hemos expresado que algo o alguien "nos pone del hígado". Pero hay veces que no entendemos lo que nos está diciendo el cuerpo. Entonces vamos al médico y los especialistas en los órganos que nos duelen no encuentran nada. Cuando eso ocurre, al final de ese camino, hay profesionales como la psicóloga Natalia Seijo, que acaba de publicar 'El cuerpo tiene memoria' en la editorial Montena y ha charlado con Àngels Barceló, Nacho y Aitana en 'Hoy por Hoy'.
Cuando un paciente llega a la consulta de Natalia muchas veces está enfadado, frustrado con los profesionales y sobre todo asustado. "Porque llegan sin diagnóstico, pero con síntomas", explica Natalia. Y esos síntomas que son reales, no se los están inventando. Como le ocurrió a Mario, uno de los pacientes cuyo historial cuenta en su libro esta detective del trauma: "Él llega enfadadísimo, rajando, con malas palabras acerca de los médicos, porque él tiene un dolor en un costado. Se puso súper agresivo diciendo: '¿Tú te crees que yo me levanto cada mañana de mi vida pensando en fastidiarme, pensando en que tengo un cáncer, porque lo busqué en Google y resulta que todo está en mi cabeza? ¿Tú te crees que eso lo hago yo? ¿Por gracia, por broma?' Porque el dolor es real. A Mario le dolía muchísimo el costado, cuando se levantaba por la mañana llegaba un momento en que no podía doblarse. 'Pero no tenía nada". Es decir, no tenía nada orgánico, pero sí una serie de emociones dolorosas (rabia, sentido de la injusticia) que él había reprimido después de un despido injusto y que terminaron expresándose a través de este dolor intenso en el costado".
Este trastorno conversivo, como se llama, fue bastante grave, pero Natalia ha tratado casos aún más asombrosos, con pacientes que parecen personajes de novelas de realismo mágico: personas con parálisis físicas derivadas de emociones intensas, o con episodios de ceguera por haber visto cosas horribles, como accidentes de tráfico. Señala, no obstante, que lo más frecuente es encontrar síntomas más leves, como cefaleas, cistitis por repetición, dermatitis o problemas digestivos. Al fin y al cabo, todos somatizamos en mayor o menor medida: "Somatizar es algo absolutamente natural. El cuerpo está vivo, el cuerpo responde, el cuerpo somos nosotras y nosotros. Es parte del ser humano. Lo problemático es cuando un síntoma te empieza a limitar la vida". Y también, claro, cuando no entendemos lo que el cuerpo nos está diciendo.
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Se trataría tal vez, como ha reflexionado Aitana, de comunicarnos mejor con nuestro propio cuerpo. Natalia ha puesto el ejemplo de una paciente que un día la llamó por teléfono y le dijo: "No puedo ir a consulta hoy, lo siento un montón. Me caí y tuve que estar un buen rato tranquilizando a mi cuerpo porque no paraba de temblar. Y hasta que lo pude tranquilizar no me pude mover de allí". Como si su cuerpo fuera otra persona diferente de ella que se llamara, por ejemplo, Antonio, han bromeado.
En este punto, Àngels Barceló ha recordado que en el verano del 2020, el año de la pandemia, ella, estando ya de vacaciones, estuvo dos días ingresada en el hospital. "Tenía unos dolores de estómago tremendos. Me hicieron todas las pruebas que me pudieron hacer y al final vino el médico y me dijo: '¿Tú has pasado por un periodo de estrés, verdad?' Y, claro, yo estuve trabajando toda la pandemia físicamente en la radio, con todo lo que supuso aquello, con las dificultades técnicas que teníamos. Y me fui sin un diagnóstico, no me encontraron nunca nada. Pero es verdad: yo había pasado un periodo de estrés brutal y supongo que somaticé por ahí". Porque podemos reprimir nuestras emociones, pero, como dice el título del libro de Natalia Seijo, 'El cuerpo tiene memoria' y salió por ahí.
¿Y qué podemos hacer para somatizar mejor? Seguramente, ser más conscientes del cuerpo y tratarlo mejor, preguntarnos qué necesidades tiene que no estemos cubriendo. Y, básicamente "pedirle a Antonio que se calme."
Eva Cruz
Redactora en el magazine de 'Hoy por Hoy' desde 2017.
