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Niño Becerra expone el "gran problema" que ya sufre España y señala a estas empresas: "Es elevadísimo"

El gobierno retrasa la reforma de los impuestos a la banca y energéticas. La decisión busca evitar una fuga de inversiones en medio de la controversia fiscal.

Niño Becerra expone el "gran problema" que ya sufre España y señala a estas empresas: "Es elevadísimo"

Madrid

La llegada de casas impresas en 3D a Canarias promete transformar el sector de la construcción, reduciendo tanto los tiempos como los costos. Este método promete reducir los tiempos de construcción hasta un 70%, los costos en un 25% y generar menos emisiones de CO2 en comparación con la construcción tradicional. Santiago Niño Becerra, economista y colaborador habitual en La Ventana, ha comentado que “los últimos datos apuntan que en una vivienda normal el ahorro en tiempo puede ser del 60% y el ahorro en coste del 30% y ya se están alcanzando alturas de 40 metros para poder ser impresas” pero ha sostenido que no resolverá el problema de la vivienda.

“Este sistema”, ha advertido, “no puede resolver el problema de la vivienda; para solventar este problema hace falta que la oferta aumente, entonces esta tecnología puede ahorrar tiempo y costes, pero alguien tiene que realizar la construcción de las casas con impresoras 3D. La tecnología existe, pero si no se utiliza para construir las viviendas, la oferta no aumenta, por lo tanto, la tecnología no ayuda a solucionar el problema de la vivienda”, ha explicado el economista. Hace escasos días, el economista llamó a la sociedad española a manifestarse masivamente para protestar frente a la falta de voluntad política para solucionar el asunto.

El gobierno español ha optado por posponer la reforma del impuesto a la banca y las empresas energéticas, una medida que busca prevenir una posible fuga de inversiones en un contexto fiscal tenso. La controversia se intensificó tras un artículo del consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, quien criticó la falta de diálogo con las empresas antes de la implementación del nuevo gravamen.

Imaz advirtió que, si se aplica este impuesto, la inversión en el sector energético podría caer drásticamente, lo que llevaría a que miles de millones de euros se desvíen hacia otros países.

Niño-Becerra planteaba que es el resultado de la conjunción de muchas cosas: “En primer lugar, estamos hablando de empresas gigantescas, es decir, empresas que tiene un gran peso en la economía de un país y que generan PIB. Estas empresas tienen poder, mandan. Cualquiera de estas empresas tiene que rendir cuentas ante una junta de accionistas, repartir beneficios y la mayoría de ellas cotizan en Bolsa; evidentemente intentarán pagar los menos impuestos posibles”, ha dicho.

Además, el economista subrayaba que “las 224 grandes empresas de España el año pasado sobre beneficios pagaron el 5,4%, cuando el impuesto sobre sociedades es del 30% y el 25% para las más pequeñas. El problema de España, no es tanto que la tasa del beneficio sea muy alta o muy baja, es que las deducciones son elevadísimas. Yo creo que habría que reducir el número de deducciones y aproximar esa tasa a la base imponible”, ha explicado Niño-Becerra.

Para él, lo primero que habría que hacer en España es “perseguir a fondo el fraude y la ilusión fiscal, es decir, perseguir el fraude y a ver cuánto sacamos, a partir de ahí mirar como queda el sistema fiscal”. “Parece que nadie termina de poner la carne en el asador para hacer esto”, ha finalizado rematado.