Gritos de olé en la grada de Montjuic tras el recital de fútbol del FC Barcelona ante el Bayern en Champions
El conjunto de Flick se reencuentra con la máxima competición europea con una goleada (4-1)
El FC Barcelona es uno de los equipos más en forma de toda Europa. Una muestra de ello es el partido que ha jugado este miércoles ante el Bayern Múnich en la jornada 3 de la Champions League. Los de Flick, con una solvencia que había brillado por su ausencia en Can Barça en los últimos años en el viejo continente, han sido un rodillo frente a su bestia negra, el Bayern de Múnich de Kompany.
Los azulgranas son un equipo muy diferente al de Xavi Hernández la temporada pasada. Fútbol vertical, llegadas con peligro constantes al área rival y goles. Desde el inicio del encuentro ante los bávaros ya dejaron patente el potencial ofensivo del que disponen. Marc Casadó se inventó un pase de mago para dejar mano a mano a Raphinha ante Neuer para que el brasileño pusiese el 1-0 en el electrónico.
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Siguió jugando bien el equipo local, pero Harry Kane castigó al Barça al poner de inmediato las tablas en Montjuic. Fue un espejismo. El dominio del Barça y sus internadas constantes en el área rival merecían más de un empate antes del paso por vestuarios. Y así fue. Los azulgranas encontraron la recompensa del gol en las botas de Lewandowski a 10 minutos del descanso. El Barça siguió dando un recital de fútbol y fue cuestión de minutos que volviese a ver puerta: Raphinha trazó la diagonal hacia dentro, asumiendo galones como capitán, para jugársela con un disparo desde el balcón del área con su pierna derecha, ajustado al palo largo, imparable para Neuer.
El partido no cambió en la segunda mitad. Con el paso de los minutos, el FC Barcelona no aflojó el pistón. Todo lo contrario, olió sangre y no dudó ni un segundo en hacer mayor la herida del Bayern. Raphinha hizo un control magistral de pecho, corrió por banda y se la puso al palo largo a Neuer para firmar un hat-trick y agrandar la ventaja de los suyos en el marcador. Fue justo en ese instante cuando se notó la gran conexión que hay en este momento entre la grada del Barça y el conjunto cule. Monjuic, de pie, comenzó a ovacionar el juego de los suyos con olés en la grada a cada pase que conectaba con éxito uno de los suyos.