Manuel Jabois: “No cabe la utilización perversa del lenguaje para que quepa todo entre líneas, desde el victimismo hasta la autoinculpación”

Madrid

Me he acordado del dilema que nos tiró Ángeles Caballero en los idiotés: si preferíamos cruzarnos un oso o un hombre en el bosque, y me he acordado sobre todo de que los hombres dijimos 'hombre', y las mujeres dijeron 'oso'. Me he acordado, por lo que sea. Dos consideraciones: si lo sabías, si lo habías escuchado, si tenías noticias de que había un patrón de conducta machista de acoso o maltrato con mujeres, se puede entender que no lo dijeses entonces, se debe entender que no lo digas ahora. Y una consideración más, y esta importante porque tiene que ver con las palabras: en “comportamientos machistas”, la expresión que ha usado Elizabeth Duval, caben muchas grises; en actitudes delictivas, no. Ahora una actriz, Elisa Mouliáa, ha denunciado específicamente acoso sexual. Errejón confirmó el lunes al partido esos comportamientos machistas que, entendemos, no tienen que ver con dejar pasar antes a una mujer en el restaurante sino con algo más grave. Por eso el estupor que produce su comunicado es impresionante. Por eso la utilización perversa del lenguaje para que quepa todo entre líneas, desde el victimismo hasta la autoinculpación, no cabe en un asunto tan sencillo, tan plano, tan desoladoramente usual.