Patricia Fernández de Lis: "El acoso escolar afecta a 49 regiones del cerebro y escuchar música después de una cirugía reduce la ansiedad"
Dos estudios científicos exploran el inmenso mundo del cerebro
Patricia Fernández de Lis: "El acoso escolar afecta a 49 regiones del cerebro y escuchar música reduce la ansiedad"
Madrid
Esta semana se han hecho públicas dos investigaciones alucinantes que nos hablan de la capacidad de la mente humana para retener traumas, pero también para curarnos de ellos. Hablar del cerebro es como hablar del espacio exterior: entramos en terreno muy desconocido y donde existen muchísimos mitos y leyendas, pero donde cada vez hay más mejor investigación, y vamos sabiendo más cosas.
¿Por qué el cerebro es tan desconocido? Para empezar, porque es muy complejo. Está compuesto por unas 86.000 millones de neuronas, cada una con miles de conexiones, lo que llamamos sinapsis. Esta complejidad crea una red de comunicación muy densa que todavía no comprendemos por completo. Y luego es que desconocemos cosas básicas, como cómo funciona la consciencia, los pensamientos, las emociones. Porque otro problema es que esas interacciones son muy difíciles de observar. La mayoría de las investigaciones dependen de imágenes cerebrales (como la resonancia magnética) o estudios en animales, y eso, claro, limita lo que podemos aprender.
Y precisamente las resonancias magnéticas nos están dando cada vez más información, aunque tienen sus limitaciones, y de eso va el primer estudio, que nos ha ofrecido los primeros datos que tenemos de los efectos del acoso escolar, el bullying, en el cerebro. Y las noticias no son buenas porque ser acosado de niño tiene efectos en el cerebro que, además, podrían provocar más problemas en el adulto.
El estudio lo han hecho un grupo de investigadores británicos, con datos de 2.094 personas con edades de 14, 19 y 22 años. A estos jóvenes les hicieron una resonancia magnética del cerebro y además respondieron cuestionarios sobre sus experiencias de acoso, como insultos, agresiones físicas, exclusión del grupo… Así descubrieron que el acoso parece afectar 49 regiones del cerebro.
Son, en particular, las responsables de la memoria, el aprendizaje, los movimientos motores y la regulación emocional. Eso último ha llamado la atención de los investigadores, pero tiene bastante sentido. Digamos que los niños que sufren acoso tienen muchas más dificultades para regular sus emociones, lo que sienten, y cómo lo manifiestan, y eso además se queda grabado en su cerebro y puede provocarles problemas en la edad adulta. Otra cosa que han descubierto es que el hipocampo, que juega un papel vital en la regulación de nuestra respuesta al estrés, también parece reducirse en volumen en respuesta al acoso. Estas alteraciones podrían a afectar a la capacidad del cuerpo para manejar el estrés en el futuro.
Otra cosa curiosa es que el estudio también reveló diferencias en cómo los cerebros masculinos y femeninos responden al acoso. En las chicas se observó un mayor impacto en las áreas en las que procesamos las respuestas emocionales y al estrés. Y, en cambio, los chicos suelen experimentar más acoso físico, y eso podría explicar por qué el equipo observó más cambios en las regiones asociadas con la conciencia espacial y la coordinación física.
La cuestión es si estas alteraciones cerebrales son permanentes o reversibles
No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que, aunque el cerebro sufre cambios a lo largo de la vida, la adolescencia es un período muy muy crítico. Porque en esta etapa se producen muchas transformaciones a medida que el cerebro se reorganiza. Así que, aunque hay muchas cosas que no sabemos, lo que está claro es que entender mejor estos efectos en el cerebro nos ayudaría a mejorar la atención a quienes son y han sido acosados.
Música y cirugías
El segundo estudio de la sección de hoy habla también de cambios en el cerebro, pero es más optimista: dice que escuchar música después de una cirugía puede ser un analgésico muy eficaz. Este estudio es una revisión de otros 35 estudios que exploraron cómo escuchar música justo después de la cirugía podría afectar al dolor y la ansiedad; lo han medido con cosas cuestiones como la frecuencia cardíaca y el uso de analgésicos. Cada estudio implicaba a unas 100 personas, la mitad de las cuales escucharon música, de diferentes géneros, después de una cirugía, y el resto, no.
El estudió mostró que los que escuchaban música reducían los niveles de dolor que percibían en aproximadamente un 20%, en promedio. Aquellos que escucharon música también requirieron menos de la mitad de la morfina mientras estuvieron en el hospital en comparación con los que no lo hicieron. El equipo también descubrió que escuchar música parece reducir la ansiedad: disminuyó la frecuencia cardíaca en alrededor de 4,5 latidos por minuto, en promedio, y redujo los niveles de ansiedad en aproximadamente 2,5 puntos.