Carolina Marín, tras recibir el Premio Princesa de Asturias del Deporte: "He querido hacer partícipe a mi papá mandándole un beso al cielo"
La campeona olímpica ha agradecido en 'El Larguero' la medalla que se lleva en forma de "amor y cariño" de toda la gente
Carolina Marín, tras recibir el Premio Princesa de Asturias del Deporte: "He querido hacer partícipe a mi papá mandándole un beso al cielo"
El verano de Carolina Marín ha sido muy complicado con su lesión en los Juegos Olímpicos 2024 de París. Su rodilla se rompió por completo y entre lágrimas abandonó sus esperanzas de medalla. Sin embargo, la vida siempre te da una segunda oportunidad y el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024 lo ha demostrado.
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Un abarrotado teatro Campoamor de Oviedo ovacionó a la deportista española, que muy emocionada recibió el galardón de las manos de la princesa Leonor. La única jugadora no asiática capaz de irrumpir en la élite mundial del bádminton vio mientras recibía el aplauso de todo el público como su madre no aguantaba las lágrimas. Durante la entrega de los diplomas, han presentado a Marín como "la mejor jugadora de la historia del bádminton en España y una de las mejores del mundo por su extraordinario palmarés en un deporte en el que es un referente internacional y por ser un ejemplo de superación fuente de inspiración y transmisora de valores dentro y fuera de la pista".
Los titulares más destacados de la entrevista a Carolina Marín
¿Cómo estás, Carolina?
Son emociones. Llevo un día que no quiero que se acabe nunca y ojalá se repitiera muchas más veces. Es como cuando te preguntas qué ha sentido cuando ha ganado una final olímpica, pues una no tiene palabras. Pues hoy es de esos días que me ha dejado totalmente sin palabras.
¿Qué tal con la princesa Leonor? Te hemos visto charlando un rato con ella
Bueno, he charlado con toda la familia de la Casa Real, pero son maravillosas personas, son súper cercanas. Tenemos esa suerte de los Reyes que tenemos, de las hijas que ellos tienen. Incluso también he hablado con la Reina Madre, Doña Sofía, que es un encanto de mujer, así que ya te digo que están siendo unos días muy, muy bonitos y que nunca olvidaré en mi vida.
Debe ser una emoción increíble y un gran orgullo en tu carrera recibir este galardón
Sí, sin ninguna duda, porque al fin y al cabo, este galardón es un reconocimiento a toda mi carrera deportiva. Pero para mí lo más importante es que se reconozca los valores que una muestra, tanto dentro de la pista como fuera, que esos niños y niñas de hoy en día tengan un espejo donde mirarse, un gran referente y que vean que, aunque hace unos años un deporte minoritario tan poco conocido como el bádminton, hoy en día se hable de ello, se llegue a practicar por muchísima gente, incluso me quiera a mí seguir. Me transmiten la gente muchísimo amor y cariño. Pues es de admirar y yo orgullosa de ello.
Este tipo de reconocimientos mucho mejor recibirlos y disfrutarlos con vida que después te premien postmortem como se hace mucho, ¿no?
Estoy totalmente de acuerdo con tus palabras. Ha sido un momento muy especial. Ya digo que ojalá se pudiera repetir muchas más veces porque bueno, en cuanto he entrado en el Teatro Campoamor, toda la gente aplaudiendo... Y ya cuando la Princesa de Asturias me ha dado el galardón, me he ido, me he dirigido hacia el público. Obviamente echo mucho de menos a una persona muy importante que es a mi papá, y le he querido hacer partícipe de ello mandando un beso al cielo. Pero cuando he visto que la gente se ha levantado para aplaudirme, de verdad que eso es una sensación y una emoción que uno la lleva muy dentro y que nunca la olvidaré en mi vida.
Este Premio Princesa de Asturias del Deporte compensa vale por la medalla que perdiste en París
En parte sí, porque al fin y al cabo la gente te transmite muchísimo cariño y muchísimo amor todos estos días, no solamente hoy en el premio, sino el resto de días. Llevo aquí desde el martes en Asturias haciendo muchas cositas y ha sido todo muy, muy bonito. Está claro que el dolor que tuve, eso como te diría, como que nada ni nadie lo puede curar, pero al fin y al cabo este tipo de cosas te empujan un poquito. Iba con el objetivo a París de conseguir una segunda medalla de oro y he ganado una medalla que en mi vida me podía imaginar que se podía ganar, que es muchísimo mejor que cualquier medalla que he ganado, que es el amor y el cariño de toda España. Es increíble. Esa medalla la llevo en mi corazón y nadie me la puede quitar.
¿Tienes el diploma contigo?
De momento lo sigo teniendo a la mano. En un momento lo he soltado y la gente me pregunta si quiero que me lo llevo a la habitación, pero les digo que no, que no hace falta. O sea, déjame tranquila con él, así que como para soltarlo ahora mismo.
Ricky Dias
Ourense, 1997. Licenciado en periodismo por la...