Cuidar el morir para cuidar la vida

Barcelona

Se acerca el día de difuntos y muchas familias irán a visitar las tumbas de sus seres queridos. Un documental "Viure la mort", vivir la muerte, nos cuenta varios casos de personas que se enfrentaron a diferentes situaciones ante la muerte y la despedida de sus familiares. Es un retrato del dolor de la pérdida, pero también del sistema, cuentan con el testimonio de todos los factores que intervienen en este proceso. La liberalización del sector funerario ha generado un negocio, que no siempre es compatible con un duelo. "Viure la mort" de Papaia Produccions i La Directa se va a estrenar y proyectar en diferentes ciudades españolas.

"La tristeza es lenta y por tanto improductiva"

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En Girona un grupo de mujeres jóvenes han creado "Som Provisionals", Somos Provisionales, una asociación sin ánimo de lucro que quiere cuidar la muerte para cuidar la vida. Lo uno no va sin lo otro. Alba Calvo Benet, Júlia Sánchez Cid y Núria Puigdevall son las impulsoras y las que organizan con otros colaboradores los servicios que dan entorno a la muerte. Desde ceremonias personalizadas incorporando el dolor e implicando a todos los asistentes para que nadie se sienta solo, hasta grupos de duelos y talleres. Todo para compartir y encajar ese dolor de la ausencia del ser querido. "Pequeños gestos como la disposición de los objetos. Colocando las sillas en círculo para vernos unos a otros" y sentirse más unidos, nos cuenta Júlia Sánchez Cid. O incorporar también el féretro como parte de esa comunidad "para despedirnos del cuerpo". Es una paradoja tremenda cómo ignoramos y reprimimos la muerte y todo lo que tiene que ver con ella. Por ejemplo, si te casas te dan 15 días de vacaciones, si se muere un familiar tan solo 3 días. "La tristeza es lenta y por tanto improductiva. Se da tanto valor a lo productivo, a la juventud que si está viviendo un duelo se medicaliza para sigas produciendo "se nos dice que es raro, antinatural" reflexionan.

Derecho a Entierro Digno

La Constitución española recoge el derecho a recibir una sepultura digna y sin discriminación por motivos religiosos. En España hay unos 2 millones y medio de musulmanes y en tan solo unos 30 pueden recibir sepultura según sus ritos. Hace más de 10 años cerró el cementerio de Griñón, el único de la Comunidad de Madrid que tenía zona habilitada para ellos. Este camposanto también daba servicio a los musulmanes que fallecían en otras comunidades cercanas. Esta semana se ha presentado en Madrid una asociación para reclamar que estas personas puedan descansar según sus creencias. Maysoun Douas, presidenta de Entierro Digno, nos ha contado que una de las diferencias fundamentales es que los enterramientos deben estar orientados a la Meca, y a ser posible en contacto con la tierra porque naturalizarse con la tierra es parte del rito. En algunas comunidades autónomas es posible, en otras se ofrecen féretros compostables. Pero lo esencial, y es lo que reclaman, es la orientación a la Meca.