Cobros extraordinarios que asumimos porque no hay escapatoria: "Al final tienes que pasar por el aro"

Nacho Carretero tenía ganas de tratar este tema en su sección con Aitana Castaño en Hoy por Hoy. Cada vez que se acuerda de "ese día" se lo llevan los demonios. Fue haciendo el check-in online para un vuelo cuando le advirtieron de que "no quedan asientos gratis disponibles". O pagaba por reservar su asiento (en un vuelo para el que ya tenía billete) o posiblemente se quedaría sin volar a causa del overbooking. Así que pagó. Cuando llegó al mostrador otro viajero, que había decidido no pagar, se había quedado en tierra.

¿Es esto una estafa que entre todos asumimos? ¿Cuántos cobros extraordinarios pagamos sin rechistar porque hemos asumido que no hay escapatoria? Empresas grandes que ofrecen servicios imprescindibles, como las aerolíneas o los bancos, ante cuyas desmedidas ganancias el consumidor individual se siente impotente, ¿abusan de nosotros?

Hemos puesto a investigar a Fernando Bayo, director del programa de consumo de la SER Código de barras y no, no son estafas. Hay que distinguir entre sentirse estafado y sufrir una estafa, que es un delito tipificado en el Código Penal (art. 248) que implica un engaño deliberado para lucrarse a nuestra costa. Cuando hablamos de overbooking, de cobrarte por imprimirte la tarjeta de embarque o por escoger asiento, no estamos ante una estafa como tal. Si acaso, como dice Nacho Carretero, ante una "estafa emocional".

La sensación de estafa asumida es tan potente que ya por los aeropuertos puedes encontrarte agentes de empresas de reclamaciones ante aerolíneas, que nos ayudan a reclamar compensaciones, aunque se llevan una comisión del 25%, y hasta del 35% si lo hacen por la vía penal.

Y hablando de comisiones, también las comisiones bancarias han tenido su espacio en la sección. Hoy hemos sabido que Santander ha ganado 35 millones al día en el último año. No es una errata: al día. Esto es un 14% más que el año pasado: 9.309 millones de euros. Y entre enero y septiembre de este año este mismo banco ingresó 9.600€ solo en comisiones. ¿Y qué comisiones? Pues, por ejemplo, las de "mantenimiento de cuenta", que irritan especialmente a Aitana ("¡pero si la cuenta ya la mantengo yo! ¿Qué pasa, que le dan de comer?").

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Fernando Bayo ha entrevistado a Patriciá Suárez, del Barómetro ASUFIN, que explica que "las comisiones tienen que estar publicadas de forma fácilmente accesible a todos los consumidores. Además, si va a haber un cambio en las comisiones que se te van a cobrar, te tienen que avisar con dos meses de antelación para que tú puedas decidir si te llevas tu dinero a otro banco porque no estás de acuerdo. Y en tercer lugar, la Comisión tiene que corresponder a un servicio prestado".

Y, como señala Bayo, mantener una cuenta no es prestar un servicio.

Tampoco es legal cobrar por entrar en números rojos: "Ellos dicen que es por gastos, por comunicación, pero no tiene ningún sentido. El Tribunal Supremo lo declaró nulo. El Banco de España está cansado de decirlo y ellos, sin embargo, siguen cobrando".

Y que nosotros deberíamos no dejar nunca de reclamar.